Mucho tiempo a pasado desde que aquellos trabajadores de Chicago fueron asesinados por ponerse en huelga y reivindicar la jornada laboral de 8 horas, hoy es el día en que se les convirtió en los Mártires de Chicago y desde entonces se les honra como héroes. Pero no solo fueron los mártires de Chicago los que han caído en la defensa de los derechos de los trabajadores, sino millones de trabajadores desde el inicio de la industrialización moderna.
En España hubo en el pasado (aunque no lo parezca con la mentalidad del obrero de hoy) grandes movilizaciones, grandes protestas que se saldaron con muchos muertos y que desembocaron en guerras civiles. Hoy día el mercado de trabajo, su esencia, se mantiene incorrupta a través de los siglos, aunque también es cierto que con la lucha obrera los gobiernos se han visto obligados a hacer algunas concesiones.
Digo que el mercado de trabajo se mantiene igual en esencia, porque siguen existiendo las mismas relaciones laborales (claro que con matices) y el mismo choque de intereses, me refiero a los patronos y los asalariados y su interminable lucha de clases por defender sus posiciones. Muchos pensadores de la derecha, la reacción y el revisionismo han negado la lucha de clases, alegando (como hacía Franco) que “las clases sociales habían de estar en armonía para defender los intereses de la patria” y cualquier conflicto entre ellos era un acto de “traición a la nación Española”.
Estos postulados, que estaban reflejados en los principios del Movimiento, han sido inculcados a los españoles durante 40 años por la fuerza de las armas, con mas de medio millón de muertos y centenares de miles de fusilados y represaliados durante la dictadura. El negacionismo de la lucha de clases no implica su desaparición como Franco creyó, y siguió habiendo conflictos durante el franquismo.
Cuando llegó la democracia, los sindicatos de clase fueron legalizados y tomaron gran protagonismo durante la transición, se les otorgó mediante la Constitución del 1978 unos derechos y privilegios para que pudiesen entrar en la negociación colectiva, y se les dio protagonismo en las relaciones laborales. Ante este panorama aparentemente bueno, había que afrontar los problemas crónicos que el franquismo nos había dejado, que eran muchos.
En la década de los 60, se vivió una etapa de expansión espectacular en España, la regulación del mercado de trabajo estaba supeditada a los intereses políticos y de clase y no a los intereses económicos de los trabajadores. En aquella época los convenios y las negociaciones estaban falseados y los salarios tenían una gran elasticidad respecto al mercado, debido a la inexistencia de sindicatos. Muchos liberales argumentan que Franco era un socialista, debido a que intervenía mucho en el mercado del trabajo, esto es una farsa, puesto que la intervención que Franco hacía en el trabajo se basaba en regulaciones normativas y no en políticas activas en el mercado, además, estas regulaciones siempre favorecían a una clase determinada, ¿que socialista hace eso?
Desde los 70 hasta mediados de los 80, se introdujo el Estatuto de los trabajadores que impulsó el papel sindical de forma importante, y fue a partir de aquí que se empezaron a suceder las reformas laborales. Las reformas laborales se suelen hacer en etapas de recesión, puesto que es cuando los trabajadores estarán más dispuestos a ver recortados sus derechos a cambio de un trabajo por cuatro duros. De hecho ahora, el gobierno de Zapatero (títere de los poderes económicos) está negociando una nueva reforma laboral con los “agentes sociales” (dudo que la CEOE sea un agente social).
Las reformas laborales que se han hecho en España en los últimos 30 años siempre se han centrado en una serie de ámbitos muy concretos:
- Modalidades de contratación; desde mediados de los 70 a inicios de los 80, la crisis de oferta que golpeó la economía española había subido la inflación vía costes de producción debido al shock del precio del petróleo. Ante esta subida de los costes de producción los empresarios no pudieron hacer lo que hacían con Franco, es decir, bajar drásticamente los salarios y echar a los que les hiciera falta, ya que los sindicatos tenían un poder importante. Esta situación puso muy nerviosos a los empresarios que vieron como sus beneficios menguaban debido al poder de los sindicatos, entonces aliándose con algunas fuerzas políticas impulsaron durante el mandato de Felipe González, bajo la promesa de empleo para todos una nuevas modalidades de contratación (duración determinada, de fomento del empleo, prácticas…) Esto permitió la creación de algo de empleo a corto plazo pero sobretodo fue una forma estupenda de abaratar el despido y de reducir plantillas puesto que a un trabajador en prácticas o temporal lo hechas muy fácilmente. Estas nuevas modalidades de contratación introducidas durante los 80 son una de las causas del desempleo estructural de la economía española.
- Regulación del despido; como hemos dicho antes, estas nuevas formas de contratación afectaron al mercado de trabajo de forma muy negativa añadiéndole una dualidad que permitió ajustar plantillas a los empresarios y que desincentivó la inversión productiva. Ante esta dualidad y el elevado coste del despido improcedente, no es de extrañar (porque ya lo hicieron para eso) que la patronal española contratará mediante estos contratos de fácil despido y de pocos derechos. Esto nos llevó al aumento espectacular de la temporalidad en el mercado de trabajo, que todavía hoy la arrastramos.
- Intermediación en el mercado de trabajo; se liberalizó dicho mercado de intermediación y el monopolio del INEM se terminó, introduciéndose las famosas ETT que respondían a las nuevas formas de contratación de los patrones españoles y que añadieron mas precariedad al trabajo.
Así que cuando hoy en día vemos a los empresarios quejándose de la dualidad del mercado de trabajo español y de la elevada tasa de temporalidad, se olvidan que fueron ellos los impulsores de toda esta precarización del trabajo, además, hay que añadir que un trabajador temporal es más fácil de domesticar. ¿Que medidas están proponiendo los organismos internacionales y las patronales españolas?
• Reducción de los salarios para que soporten el ajuste en el empleo.
• Bajada en las cotizaciones a la seguridad social.
• Contrato único con una indemnización por despido de 20 días por año. (Abaratar el despido)
¿Porque no hablan de la reducción de jornada, o de la reconversión de las plantas, o de el aumento en la inversión en capital humano? Porque entonces serían ellos los que tendrían que pagar los costes de volver a hacer competitivo el mercado de trabajo español.
Sea como sea, nos esperan días oscuros.
en mi opinión me parece que el espiritu del primero de mayo se ha perdido.En un principio se reivindicaba que este dia no fuese laboral (en el XIX el nivel de explotación al obrero era mayor que al actual) y una vez conseguido se consideraba (y deberia seguir considerándose) el dia del trabajador, estar "orgulloso" de tener un trabajo.... hoy en dia con la burguesizacion de la sociedad solo es un día de puente como otro cualquiera... con el paro que tenemos y la poca gente que acudió a las manifestaciones!!! y quien acudió? por ejemplo aquel personaje de CCOO que estaba a favor de la jornada laboral de 65 HORAS SEMANALES...
ResponderEliminarSe nos engaña tambien con el tema de la pirámide poblacional para quitar la jubilacion o reducirla debido a que habrá menos trabajadores y mas jubilados...seguro que esto pasará ,pero la solucion esta fuera del aumento de la explotacion al obrero