domingo, 21 de noviembre de 2010

Las políticas deflacionistas

Los precios son algo muy importante en la economía de mercado, las decisiones de consumo o de ventas se toman en consideración siempre teniendo en cuenta la evolución de los precios. La especulación también se basa en la evolución de los precios para actuar, y también en gran parte se toman como referencia para definir la producción. O sea, que es muy importante que estos precios no sufran perturbaciones importantes (ni hacia arriba ni hacia abajo) ya que pueden crear distorsiones y dudas en las decisiones a tomar y se aumenta el riesgo de las operaciones. En las actividades relacionadas con el consumo, los precios son la única (prácticamente) variable a tener en cuenta, si suben mucho la gente no compra y si bajan mucho, tampoco.

Por todas estas razones el control de los precios siempre ha sido un objetivo para dar confianza a la actividad económica, para que los capitalistas puedan invertir con firmeza o vender, y para que Justificar a ambos ladoslos trabajadores consuman sin miedos. El objetivo de control de la inflación y la deflación ganó en importancia en este siglo pasado, sobretodo con los episodios hiperinflacionarios de Alemania (después de la Gran Guerra) debido al acoso de los vencedores y a las escaladas de precios de los años 70, o sucesos mas recientes en África.

Todo el mundo está de acuerdo (marxista, keynesiano, liberal o neoliberal) que el control de los precios es algo importante, solo que actualmente es una cuestión que se deja a los “técnicos” ya que no responde a actitudes políticas su gestión. Esto es una mentira del pensamiento establecido, según como se controlen los precios el coste irá hacia una determinada clase social (ya sabéis a cual me refiero). Con la excusa de querer controlar la inflación se ponen en marcha las llamadas políticas deflacionistas, que buscan atemperar las subidas de precios.

Las políticas a las que me estoy refiriendo, consideran que los periodos de alzas de precios son debidos principalmente a dos factores:

- La excesiva circulación de dinero, es decir, la cantidad de transacciones que se hacen, la cantidad de intercambios y el crecimiento del comercio.
- Las presiones salariales que hacen los trabajadores, que de forma indirecta afectan a los precios vía costes.

Dicho esto se debe de precisar que a la inflación se puede llegar de más formas que esta, una de ellas es inherente al capitalismo de nuestros días, y es el control de precios que ejercen las grandes corporaciones hacia los productos que comercializan. Hay muchos mercados en el capitalismo que están controlados por una cantidad de corporaciones que acumulan toda la oferta y que controlan por tanto los precios en grado de oligopolio o de monopolio. Tenemos ejemplos evidentes conocidos (y sufridos) por todos, el mundo de las compañías móviles, el automóvil y incluso los servicios financieros. El ejemplo más claro es el petróleo, ya que sus controladores varían los precios a su antojo permitiendo más producción de barriles diarios. El ejemplo del petróleo si que es válido para hablar de una inflación vía costes y no tanto el de los salarios.

Otra de las formas de llegar a situaciones de inflación que las políticas deflacionistas no contempla es la especulación, no hace falta recordar que paso con las materias primeras alimenticias que vivieron una escalada de precios grandísima llevando a millones de personas a la hambruna, solo porque había que proteger a algunos capitales que buscaban refugio de la tormenta hipotecaria.

Hemos visto cuales son las causas principales de la inflación para los liberales (salarios y circulación monetaria) pero también hemos visto que hay otras formas que no tienen en cuenta (especulación y concentración del capital).

¿Cómo es que no tienen en cuenta las dos segundas?

Pues básicamente debido a que si se actuara sobre las dos segundas, ellos perderían poder y privilegios. Si se controlase la especulación en según que mercados (alimenticio, inmobiliario) mediante impuestos a las transacciones (tipo tasa Tobin) los liberales se escandalizarían diciendo que se esta poniendo frenos a la libre circulación de capitales. Y si se pusieran medidas en contra de las grandes multinacionales, grandes lobby’s de presión perderían poder político para implementar sus medidas liberales a los demás.

Además de que tomar medidas contra la especulación para evitar alzas de precios significaría una asociación para el pueblo de: ESPECULACIÓN = INFLACIÓN, y hay mucha gente que lucha para que esto no se de. De todas formas, es mucho mejor tomar medidas contra las causas preferidas para los liberales.

¿Por qué los liberales prefieren tomar medidas contra los salarios y la circulación monetaria para frenar la inflación?

Ya hemos visto porque no tienen en cuenta otros factores que presionan los precios al alza, pero veamos porque los liberales prefieren enfocar las medidas hacia lo que las enfocan. Básicamente porque si se toman medidas en contra de las alzas salariales y la circulación monetaria se está aumentando su poder y su concentración de capital. En cuanto a los salarios hay que decir, que es cierto que si aumentan muy por encima del IPC pueden llevar a incrementos de precios vía costes, pero además hay que decir que si culpamos a los salarios de esto exclusivamente tenemos la coartada perfecta para moderar su crecimiento. De esta forma los patronos aumentan su margen de beneficio, ya que sus costes son menores. En cuanto al control monetario se nos viene a la mente la principal medida para esta causa de inflación, la subida de tipos de interés. Las subidas de tipos de interés benefician básicamente a los grandes capitales y grandes patronales y bancos ¿Por qué? Pues porque hace que mejoren las rentabilidades de sus magníficos depósitos. La excusa que ponen para tomar estas subidas de tipos es que incentivan el ahorro (debido al aumento de rentabilidad) y hacen que la gente retire medios de pago del mercado.

Se ha dicho que estas medidas (subidas de tipos y bajadas de salarios) han conseguido disminuir la inflación cuando se han puesto en marcha, y es cierto, lo que ocurre es que hay dos inconvenientes principales:

1) Que de esta forma el peso del control de los precios lo sufren exclusivamente los trabajadores (síntoma evidente de la vigencia de la lucha de clases) ya que si los salarios son disminuidos y las pequeñas y medianas empresas ven su financiación encarecida ellos son los perjudicados. Aunque no hay que olvidarse del pequeño burgués y trabajador autónomo, que su actividad está muchas veces vinculada al crédito.
2) Si estas medias logran controlar la inflación es debido a la contracción de la actividad económica (cierre de empresas debido al encarecimiento del crédito, menor poder adquisitivo debido al paro y a la moderación salarial…etc.) y no debido a la disminución de los costes empresariales que favorecen la bajada de precios…etc.

Además de esto hay que señalar que con estas medidas las grandes corporaciones y bancas se aseguran un aumento en el ejército de reserva (trabajadores en el paro) lo que les beneficiará enormemente a la hora de consolidar las medidas y de vencer el poder de negociación y de organización obreras.

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