Todos estamos de acuerdo en decir que somos lo que somos en tanto nuestra actitud como conjunto, como sociedad, evidentemente cada uno tiene su forma de ser, pero dicha personalidad o al menos sus aspectos mas significativos (actitud ante el conflicto, ante las relaciones económicas y sociales) nos viene en mayor o menor forma dado por la influencia que nos impone el hecho de vivir en sociedad. A menudo discuto sobre este tema con una amiga mía y dirigido a ese punto de vista hago esta entrada. Pretendo hacer ver que este punto de vista materialista no arremete a mi modo de ver contra lo que algunos piensen, sino que creo que se puede ver complementado y perfeccionado.
Básicamente el concepto materialista de la historia nos viene a decir que la totalidad de la estructura social, es decir, de las relaciones sociales y de propiedad, de organización políticas, vienen dadas por el desarrollo de las mercancías y servicios producidos, el nivel de desarrollo de los medios que los producen y también como se intercambian en el mercado. La totalidad de los hechos históricos (evidentemente políticos y sociales) viene dado por el desarrollo de los medios de producción.
Decía Engels que “los cambios sociales se han de buscar en la economía y no en la filosofía ni en las ideas” se refería evidentemente al concepto materialista de que la idea no es más que el reflejo que el mundo vivo tiene en el pensamiento del hombre.
Una vez dadas unas condiciones materiales en la sociedad, creadas las relaciones de propiedad de las mismas y las leyes que rigen su intercambio, se empieza a entretejer el modelo social que acompañará a dicha etapa. Jamás hubiera sido necesaria la figura del estado sino hubiera aparecido la propiedad privada de los medios de producción (otra vez antes la producción que la organización social).
Marx y Engels tenían un rico conocimiento histórico, y aplicando esta visión materialista consiguieron reinterpretar sucesos históricos de su época y de otras anteriores. El ejemplo mas evidente es el de las revoluciones burguesas.
A finales del siglo XVIII, la Revolución Francesa (una revolución burguesa como ninguna otra) destruyó los moldes económicos del sistema jerárquico y los resquicios feudales, los privilegios. Esta revolución fue posible por el surgimiento de la nueva clase (fenómeno económico) beneficiada de la amplitud de mercados y de la entrada de metales a Europa, la burguesía. La burguesía y su poder no se podían desarrollar bajo el feudalismo y sus estrictas normativas que conferían privilegios a los gremios sobre oficios enteros, que daban beneplácito a las compañías comerciales de los miembros de las realezas y noblezas…etc. La burguesía, apoyándose en el campesinado, rompió estos grilletes y prometió un nuevo mundo de libertad, igualdad y fraternidad, después los campesinos comprendieron que esos serían privilegios exclusivos de los burgueses.
Vemos en este caso como la aparición de un fenómeno económico como la amplitud de los mercados y las relaciones comerciales en aumento favoreció la creación de la burguesía que favorecería a su vez la revolución que haría que su clase floreciese como la suprema. Después de este tenemos el caso de la revolución industrial, donde también un fenómeno económico como fue la mecanización, la industrialización, el vapor…etc. hizo que se creasen nuevas formas de relación de la producción y por tanto nuevas relaciones sociales. Con la revolución industrial nace el proletariado, que es el hijo bastardo de los campesinos y los gremios, arrebatados de todo poder por el monopolio burgués.
El hecho de que la economía cambie y que por tanto cambie la sociedad hace que también cambiemos los que formamos parte de esa sociedad. Hay personas amables, despreciables y generosas en todas partes, pero resulta increíble como el sistema corrompe el pensamiento del ser humano. Ante una desigualdad, el campesino pobre de la época feudal tenía un punto de vista dado por las relaciones de producción existentes, y actualmente, la desapetencia, la pasividad y la desgana del proletariado también viene dado por el desarrollo de la producción.
Lo que vengo a decir con esta entrada es que el concepto materialista puede verse complementado con aportaciones mas idealistas, en tanto que se tengan en cuenta como aspectos relacionados con la personalidad propia y determinados aspectos de la actitud humanas.
Básicamente el concepto materialista de la historia nos viene a decir que la totalidad de la estructura social, es decir, de las relaciones sociales y de propiedad, de organización políticas, vienen dadas por el desarrollo de las mercancías y servicios producidos, el nivel de desarrollo de los medios que los producen y también como se intercambian en el mercado. La totalidad de los hechos históricos (evidentemente políticos y sociales) viene dado por el desarrollo de los medios de producción.
Decía Engels que “los cambios sociales se han de buscar en la economía y no en la filosofía ni en las ideas” se refería evidentemente al concepto materialista de que la idea no es más que el reflejo que el mundo vivo tiene en el pensamiento del hombre.
Una vez dadas unas condiciones materiales en la sociedad, creadas las relaciones de propiedad de las mismas y las leyes que rigen su intercambio, se empieza a entretejer el modelo social que acompañará a dicha etapa. Jamás hubiera sido necesaria la figura del estado sino hubiera aparecido la propiedad privada de los medios de producción (otra vez antes la producción que la organización social).
Marx y Engels tenían un rico conocimiento histórico, y aplicando esta visión materialista consiguieron reinterpretar sucesos históricos de su época y de otras anteriores. El ejemplo mas evidente es el de las revoluciones burguesas.
A finales del siglo XVIII, la Revolución Francesa (una revolución burguesa como ninguna otra) destruyó los moldes económicos del sistema jerárquico y los resquicios feudales, los privilegios. Esta revolución fue posible por el surgimiento de la nueva clase (fenómeno económico) beneficiada de la amplitud de mercados y de la entrada de metales a Europa, la burguesía. La burguesía y su poder no se podían desarrollar bajo el feudalismo y sus estrictas normativas que conferían privilegios a los gremios sobre oficios enteros, que daban beneplácito a las compañías comerciales de los miembros de las realezas y noblezas…etc. La burguesía, apoyándose en el campesinado, rompió estos grilletes y prometió un nuevo mundo de libertad, igualdad y fraternidad, después los campesinos comprendieron que esos serían privilegios exclusivos de los burgueses.
Vemos en este caso como la aparición de un fenómeno económico como la amplitud de los mercados y las relaciones comerciales en aumento favoreció la creación de la burguesía que favorecería a su vez la revolución que haría que su clase floreciese como la suprema. Después de este tenemos el caso de la revolución industrial, donde también un fenómeno económico como fue la mecanización, la industrialización, el vapor…etc. hizo que se creasen nuevas formas de relación de la producción y por tanto nuevas relaciones sociales. Con la revolución industrial nace el proletariado, que es el hijo bastardo de los campesinos y los gremios, arrebatados de todo poder por el monopolio burgués.
El hecho de que la economía cambie y que por tanto cambie la sociedad hace que también cambiemos los que formamos parte de esa sociedad. Hay personas amables, despreciables y generosas en todas partes, pero resulta increíble como el sistema corrompe el pensamiento del ser humano. Ante una desigualdad, el campesino pobre de la época feudal tenía un punto de vista dado por las relaciones de producción existentes, y actualmente, la desapetencia, la pasividad y la desgana del proletariado también viene dado por el desarrollo de la producción.
Lo que vengo a decir con esta entrada es que el concepto materialista puede verse complementado con aportaciones mas idealistas, en tanto que se tengan en cuenta como aspectos relacionados con la personalidad propia y determinados aspectos de la actitud humanas.
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