Vivimos
una situación económica que roza la catástrofe, el paro escala sin parar cifras
de millones, los pensionistas tienen que alimentar con sus pírricas pagas a
hijos y nietos, los estudiantes tienen que mendigar trabajos de miseria
(incluso existen casos de prostitución) para poder pagar sus estudios…etc. A
nadie se le escapa que esto es muy grave, y que no tiene visos de solucionarse
en el corto plazo. Nuestros políticos se dedican a cacarear sobre lo mucho que
hemos derrochado todos juntos y nos dicen que hemos de pasar esta penitencia,
que nos lo merecemos por haber vivido por encima de nuestras posibilidades. Los
medios de comunicación, al servicio de las clases dominantes, repiten y
amplifican este mensaje a todas horas, en sus noticias, tertulias, sus
escribientes y expertos lo imprimen por millones. Pero a pesar de todo esto, la
calle arde. Se multiplican las manifestaciones, huelgas, enfrentamientos con
las fuerzas de represión del estado y a pesar de ello, nada cambia. Pareciera
como si las clases trabajadoras, atontadas, se dieran contra un muro enorme de
hormigón armado. Esta situación nos puede llevar a la resignación y a la
desesperanza, nos puede llevar a la desazón y a la falta de expectativas e
ilusiones de cambio. Mentiríamos los comunistas si dijéramos que existe
actualmente un partido capaz de dar voz real a estos anhelos de cambio de las
clases populares, años de traiciones y balcanización de las organizaciones
proletarias han destruido la poca confianza que pudiera existir en ellas por
parte de los trabajadores. Y no parece que se esté consiguiendo revertir esta
situación.
¿Qué
puede salir de todo esto que he dicho más arriba? Tenemos un país colapsado
económicamente con millones de obreros en la miseria, con hambre real en la
España del siglo XXI, tenemos casos de corrupción diarios, tenemos explotación
laboral a niveles de dos siglos atrás, tenemos derechos sociales barridos a
golpe de decreto ley mientras se tolera el latrocinio de los fondos públicos y
el saqueo de los recursos de todos. ¿No es esta situación un caldo de cultivo
para el surgimiento del fascismo? Al menos, lo parece. ¿Por qué no ha surgido
ya? ¿Ha salido ya en otros lugares? ¿Qué pasará en los próximos meses o años? ¿Qué
debemos hacer los comunistas ante esta amenaza? Todas estas preguntas van a
tratarse en este artículo.
¿Qué
es el fascismo? ¿De dónde sale?
¿Cómo
definir el fascismo? Esta es una cuestión importante. Para ver una buena
definición, hemos de acudir a Dimitrov, que consagra una de las mejores obras
escritas sobre el movimiento fascista. Dice así:
“El fascismo en el poder, camaradas, es, como acertadamente
lo ha caracterizado el XIII Pleno del Comité Ejecutivo de la Internacional
Comunista, la dictadura
terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más
imperialistas del capital financiero.”
Esta definición puede parecer corta e incompleta,
incluso para los comunistas, porque olvida algunas cosas que veremos más
adelante, pero en esencia, se puede utilizar sin ningún tipo de problema. El
fascismo es una forma de dominación, una forma de dictadura de la burguesía,
solo que adquiere tintes más “reaccionarios,
mas chovinistas y mas imperialistas”, todos entendemos esta afirmación,
aunque no fuéramos comunistas. El fascismo utiliza la demagogia chovinista, el
victimismo histórico, el patriotismo más reaccionario, niega la lucha de
clases, lleva en la sangre la agudización de las condiciones de saqueo a las
clases populares…etc. ¡Y aún los hay que nos comparan con este producto
degenerado de la burguesía!
El análisis materialista nos permite entender al
fascismo y a su surgimiento como es en esencia, es decir, como un pasaje más de
la lucha de clases. Expliquemos esto. Allá donde las contradicciones del
capitalismo se hacen insoportables, las clases trabajadoras se organizan, ven a
su enemigo real, protestan, se enfrentan a él con “fuego y cuerda”. Estas contradicciones pueden venir de la mano de
diversas causas, pueden ser provocadas por una crisis económica, por una
catástrofe climática o unas hambrunas, por una guerra imperialista, o por todo
lo anterior junto. Si miramos los ejemplos que la historia nos da, podemos
comprobar que allá donde el fascismo ha asomado la cabeza, se daban estas
condiciones objetivas. ¿Pero con estas condiciones basta? No, evidentemente.
Existen lugares donde estas condiciones han surgido y están presentes, y aún
así, no nace la serpiente fascista. Falta entonces otro ingrediente necesario,
la organización revolucionaria de las masas. A parte de las condiciones
objetivas que hemos nombrado, debe de haber una organización revolucionaria de
las masas oprimidas (mediante un partido, mediante una organización más
transversal, mediante una guerrilla, mediante un movimiento político, o
incluso, mediante la acción espontánea y coordinada de distintas organizaciones
obreras). Estas dos condiciones, causa una de la otra, bajo determinadas circunstancias
(madurez y cohesión de la burguesía,
existencia de pequeña burguesía, nivel
de militarismo, actitud de las potencias extranjeras…etc.) pueden alumbrar al
fascismo.
Pongamos un ejemplo histórico:
El caso de Alemania es de libro, sigue estas
circunstancias de forma casi cronológica. El imperio alemán sale de la guerra
imperialista mundial con graves pérdidas, con condiciones de reparación
impuestas por los aliados que la llevan a la catástrofe económica más grave de
su historia, circunscrita en la República de Weimar. La inflación, la
humillación de la derrota, la explotación de los monopolios extranjeros y
alemanes, la represión y persecución del gobierno de Weimar contra los
verdaderos internacionalistas…etc. llevan las condiciones objetivas a su
clímax. Ya habían surgido movimientos revolucionarios al final de la guerra,
como las revoluciones de los marinos de Kiel, que estuvieron a punto de
derribar al gobierno (solo Noske, Ebert y los social patriotas del SPD
impidieron el triunfo revolucionario). Pero la situación no cambiaba, la
burguesía sentía que el país se le iba de las manos, sentía que ante otra
tentativa de los obreros, no sería capaz de engañarlos, pues el SPD ya había
perdido toda su legitimidad con la traición de 1918-1919. En las cabezas y
pensamientos de los capitalistas alemanes surgió la necesidad de copiar a ese
movimiento italiano que un tal Mussolini estableció, y que tan buenos
resultados le daba a sus compañeros terratenientes y oligarcas transalpinos. Se
empezaba a hacer necesaria la necesidad de “un hombre fuerte”. Ese hombre
fuerte llegó al poder con la financiación y el apoyo declarado de muchos
millonarios y burgueses alemanes, también los pequeño-burgueses le daban apoyo
(aunque no todos ellos), utilizaron la demagogia racista contra judíos y
gitanos, se auto-proclamaban socialistas, incluso pusieron a su partido el
apellido “socialista” para que las masas se llevaran al engaño y vieran con
mejores ojos este movimiento. Así el fascismo puso huevos en Alemania, y para
cuando eclosionaron, las masas obreras conscientes no pudieron hacer otra cosa
que huir o perecer bajo su bota.
Vemos en el caso alemán como tenemos las
condiciones objetivas (miseria, pobreza, explotación), vemos también como
tenemos las condiciones de organización de las masas (revolución de Kiel, aumento
de las protestas, desacreditación de las fuerzas socialistas oportunistas…etc.)
Todas estas circunstancias, unidas a la pasividad, cuando no la aprobación y
colaboración de las potencias extranjeras, dieron el poder a los fascistas en
1933. La burguesía recibió las medidas fascistas con gran júbilo, se acabaron
las huelgas y los piquetes obreros, se persiguió a los internacionalistas y a
los dirigentes del KPD por toda Alemania, se instala el terror y se crean
grandes consorcios industrio-militares de los que se podían beneficiar los
monopolios alemanes como Krupp, Siemens, IG Farben…etc. Las mejores familias
del Reich estaban jubilosas con su nuevo caudillo, que les traía la
tranquilidad y el bienestar, truncado por esos piojosos obreros que se quejaban
de vicio y que no sabían agradecer debidamente el tener un puesto de trabajo.
El fascismo en la actualidad: los casos de Grecia
y España
El fascismo actual está escondido, no se presenta
a sí mismo como tal, se hacen llamar nacionalistas o patriotas, pero detrás de
eso, se esconde el fascismo puro y resuelto de las camisas pardas y negras de
los años 30. Su única aspiración es ser lo que eran en el pasado, los caniches
mejor pagados de los consorcios empresariales y los monopolios, aunque su base
no sepa ni siquiera contar hasta 10. El fascismo actual no ataca a los
comunistas ni a los alborotadores, ni a los judíos,. y si lo hace, no centra su
debate en estos colectivos, actualmente ha encontrado un mayor enemigo; la
inmigración. Los fascistas de la actualidad tienen un discurso anti-inmigrantes muy marcado, cosa que les hace ganar votos entre las masas mas alienadas y
estúpidas, entre los lumpen y los residuos más decrépitos de la clase obrera,
los más alienados e idiotas son su coraza, su fuerza de choque futura. Hasta el
momento, este movimiento ha sido anecdótico en la mayoría de países, carecen de
organización mas allá de algunos grupúsculos, que cuentan en ocasiones con
cierta complicidad del poder, pero que no suponen una amanezca mas allá de las
palizas ocasionales que dan a inmigrantes, mendigos, prostitutas…etc. Con la crisis
capitalista, se están presentando ya las condiciones objetivas, aunque en
distinto grado en los países de Europa, veamos dos de ellos.
El caso Griego está muy avanzado, y lo está por
dos razones. La primera es que las condiciones objetivas están muy maduras, las
masas proletarias pasan hambre y se suicidan masivamente mientras los
monopolistas y burgueses saquean sus presupuestos con total impunidad. La
segunda razón es que en Grecia existe una respuesta organizada y fuertemente
socialista o de izquierda ante esta situación, existen organizaciones de masas
que encuadran a miles de obreros y que cuentan con la simpatía de millones
(PAME, KKE). El partido de izquierdas reformista, Syriza, se postula como
fuerza capaz de arrebatar el gobierno a los empleados de la troika (ND). Estas
dos condiciones provocan que los intereses burgueses de los consorcios griegos
(los que quedan) pero sobretodo de los intereses extranjeros (fundamentalmente
alemanes, franceses y británicos) estén temerosos de no cobrar sus deudas ni de
poder saquear aún más al pueblo griego. Sin duda, su rapiña corre peligro ante
una revuelta obrera o ante una llegada al poder de Syriza con Tsipras a la
cabeza, que si no pusiera fin a esta situación,
haría que los obreros pasaran definitivamente al KKE o a otras fuerzas
directamente anticapitalistas.
La inquietud de los burgueses ha hecho florecer
de la noche a la mañana (que casualidad) un partido llamado Amanecer Dorado,
que habla directamente de minar las fronteras y expulsar a todos los
inmigrantes del país. Muchos de sus miembros están involucrados en crímenes o
actos violentos, y su líder estaba involucrado en la antigua dictadura militar.
Su ideología no pasa de un decálogo simplista de estupideces inventadas, en el
mejor de los casos, pero muy fáciles de entender para los sectores mas
alienados de las masas obreras. De esta forma, este partido ha ganado
ampliamente apoyo social, hasta el punto de que se postula como la tercera
fuerza más votada en Grecia, detrás de la ND de Samaras y de Syriza, eso sí, a
mucha distancia. ¡Incluso supera al KKE en número de votos! Estos residuos
sociales alienados y estúpidos, que no deberían suponer ningún problema para
una clase obrera consciente y organizada bajo partidos de nuevo tipo, suponen,
en la actual Grecia, una amenaza real. Me aventuro a presagiar ciertos movimientos
golpistas o gobiernos de coalición o de “salvación nacional” de estas lombrices
con los burgueses de ND, el PASOK o DIMAR. Al tiempo.
En España las circunstancias objetivas están
igual de avanzadas que en Grecia, pero aquí, a diferencia del país heleno, no
hemos conseguido dar a nuestras protestas y manifestaciones el tono que de
verdad asusta a los capitalistas. Digamos que los burgueses y sus políticos aún
se sienten seguros, aún nos tienen controlados, quejándonos de los graves
destrozos de escaparates o de la violencia de los manifestantes al empujar a un
policía al suelo (policía que previamente habría herido a decenas de obreros).
Las protestas en España son masivas, son dignas y tienen una concepción
socialdemócrata y progresista muy marcada, aún cuando puedan existir grupos de
personas más radicales o de la izquierda anticapitalista (cada vez más
numerosos). A excepción de los mineros y de las concentraciones de carácter más
laboral (las huelgas generales) asistimos a tamborradas, batukadas, coreografías,
gritos mudos y rezos a Isis por todas partes, como se comprenderá, no hemos
llegado al nivel de Grecia. Es por eso que los partidos fascistas no han eclosionado,
de momento, no están siendo fomentados por el poder ni por sus medios de
comunicación, no llevan a sus líderes a tertulias televisivas de máxima
audiencia…etc. De momento, el poder se contenta con sostener a partidos de
nuevo cuño, de carácter demagógico y con un discurso centrado en estupideces
sin importancia, pero de muy fácil calado entre los más alienados (conocido es
el caso de UPyD, Ciutadans…etc. hablando sin parar de los privilegios de la
clase política, de las subvenciones a sindicatos o de la inutilidad de las
lenguas cooficiales y los pinganillos en el congreso). Todos estos debates son
muy beneficiosos para los capitalistas, que desvían el tiro de los
trabajadores de los problemas de fondo.
La culpa de que las condiciones de organización
obrera y de lucha de clases no estén agudizadas no es de las masas, aunque
evidentemente, su atraso político tiene bastante culpa, sino de las organizaciones
obreras tradicionales. Los sindicatos están vendidos al “pacto social por el
empleo y el estado del bienestar” donde llegaron a pactar con las patronales
peores condiciones laborales y el atraso a la edad de jubilación. Los partidos
tradicionales han sufrido y llevan sufriendo una descomposición y una
putrefacción que los desangra a chorros de militantes obreros. IU debería poder
ser un referente similar a Syriza en Grecia, debería poder jugar ese papel de
frente de masas que lucha contra la troika y los monopolios, pero no lo está
consiguiendo, a pesar de esfuerzos de parte de su militancia. En estas
condiciones, el surgimiento del fascismo en España, propiamente dicho, está
condicionado, paradójicamente, al fortalecimiento y purga de las organizaciones
obreras tradicionales (tarea titánica y de la más necesaria realización). Esto
no quiere decir, evidentemente, que el fortalecimiento de los sindicatos de clase
y las organizaciones obreras cause de forma automática el fortalecimiento del
fascismo, pero sí que es una condición necesaria, que como hemos visto, se da
ya en otro países.
Aún así, esto no seguirá por mucho tiempo, las
masas obreras buscaran un referente político que les conduzca a la lucha, se
llame IU o como se llame. Será entonces cuando los trabajadores y trabajadoras
tendremos que estar prevenidos contra la aparición del fascismo, que puede
surgir con un chasquido de dedos de los burgueses y los banqueros. ¿Creéis que
exagero? ¿Creéis que no hay base social para ello? Leed algunos comentarios a
esta noticia en Internet sobre Amanecer Dorado, se que parece un análisis algo
estúpido, pero imaginad esto a gran escala.
http://www.alertadigital.com/2012/11/30/amanecer-dorado-amplia-su-labor-social-y-dara-servicios-medicos-gratuitos-a-los-griegos-afectados-por-la-crisis/
Sería interesante descubrir el origen del dinero del que dispone Amanecer Dorado para esa "labor social" solo para griegos.
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