Los
anarquistas tienen una concepción errónea del papel que ha de jugar el estado
en la futura revolución, esto es debido a su aventurerismo y a su extraña comprensión de las leyes históricas y del materialismo. Muchos comunistas se
oponen al anarquismo con argumentos estúpidos o superficiales, o simplemente rehuyen el debate con ellos por cuestiones que escapan a mi comprensión, por ello, es
necesario aclarar el porqué los comunistas nos oponemos a las concepciones
libertarias. La más honda diferencia existente entre los anarquistas y los
comunistas reside en el papel del estado, como ya hemos dicho, que es el tema
que trataremos en esta pequeña entrada, y para empezar a hablar del tema, se
hace necesario ver: 1) la postura anarquista sobre el estado. 2) la postura que
tenemos los comunistas. 3) en que se diferencian ambas.
1-
Empezando por el principio, citaré a Bakunin, uno de los mayores exponentes del
anarquismo, sobre el estado, y posteriormente, a Kropotkin:
“Todos los Estados son malos en el sentido de
que por su naturaleza, o sea por su base, por las condiciones de su existencia,
son lo contrario de la justicia, la libertad y la moral humanas.”
Fijaros en ese “Todos”, volveremos sobre ello mas tarde. Veamos que dice
Kropotkin:
“sabemos que una
institución que existió durante varios siglos y que se consolidó firmemente
adoptando una forma determinada con el objetivo de cumplir un papel determinado
en la historia, no puede ser adaptada para un papel contrario”
En
estas dos citas que he puesto aquí vemos la concepción anarquista del estado
(que no se me enfaden los anarquistas, lo digo en sentido general), puesto que
se exponen las dos ideas principales. La primera es que “todo” estado es malo para la clase obrera, puesto que implica
opresión, encarcelamientos, injusticia…etc. La segunda idea es la expresada por
Kropotkin, es decir, un estado que de por sí es malvado y anti-obrero no puede
ser utilizado en “un papel contrario”.
Para
los anarquistas, el estado es la encarnación
de la injusticia, de la opresión patronal, de la inmoralidad y de la explotación. Rechazan todo lo que
provenga de él, puesto que implicará malas noticias para los trabajadores. El
estado está lleno de elementos contrarios a la libertad como son las cárceles,
los ejércitos permanentes, las magistraturas, las policías…etc. Todo este
cúmulo de males ha de ser combatido por las víctimas de esos males mismos, los
obreros asalariados. ¿Qué han de hacer los obreros? Derribar ese monstruo que
les oprime por orden de las clases privilegiadas, abolirlo cuanto antes y para siempre y
substituirlo con asociaciones federadas y libres de cooperativas productoras y
consumidoras, donde rija la libertad y la propiedad colectiva de los medios de
producción. Para realizar esta tarea, la clase obrera no necesita utilizar la
lucha política como tal, solo necesita
confianza en sus organizaciones libertarias y mutuas sindicales, con esto
bastará para organizar la respuesta obrera y la revolución.
2-
Los comunistas tenemos una postura frente al estado que puede parecer cercana a
la de los anarquistas, pero no lo es, veamos por qué. El estado es para
nosotros, los comunistas, una herramienta de opresión en manos de una clase, es
decir, unas tenazas gigantescas que mantienen por la fuerza y por la propaganda
el orden social existente. El estado no nace como de si de un hongo se tratara,
aparece como consecuencia de determinadas circunstancias objetivas, y su
desarrollo y mutación, va de la mano de este mismo cambio en las circunstancias
que le han dado a luz. El estado aparece allá donde hay lucha de clases, donde
existe antagonismo de clases, esto es de esta forma precisamente porque el estado tiene el encargo
de mediar en esta lucha de parte de la clase dominante (que es la que tiene el
poder de este estado).
En
todas las etapas históricas el carácter de clase del estado se ha revelado
claramente desde el preciso momento en que los desheredados y esclavos se han
intentado levantar de su letargo. ¿A que respondían sino las expediciones
punitivas de revolucionarios en los estados europeos del siglo pasado? Cuando
el estado reprime a los revolucionarios (no importa que se llamen Espartaco o
Lenin) está realizando la tarea para la cual ha sido forjado. Los comunistas
vemos al estado, entonces, como una institución fruto del desarrollo histórico
y como una herramienta en manos de la clase dominante.
Los
marxistas rechazamos el estado burgués
(ojo a esta coletilla que acabo de poner y que resalto en negrita) como
elemento represor que efectivamente es, pero este rechazo no nos impide verlo
como una arma poderosa. De la misma forma que el fusil puede servir para
mantener al esclavo en su puesto, puede servir, si el esclavo se apodera de él
y lo transforma según sus intereses, en una herramienta de liberación. A nadie
en su sano juicio se le ocurriría rechazar el arma del enemigo para utilizarla
en su contra, por poco moral que esta arma sea. Algo así es lo que pretendemos
los comunistas. Es decir, la clase obrera, hasta ahora oprimida por el poder
del estado (ocupado por los capitalistas), debe romper el estado burgués, desorganizarlo
y ocuparlo posteriormente con sus propias instituciones de estado, constituyéndose
así en estado proletario (el estado proletario no es más que la clase obrera
constituida como clase dominante).
Este estado proletario, como todo estado,
sirve para reprimir a la clase enemiga, solo que esta clase será ahora la
burguesía, la república obrera deberá acabar con la resistencia de los
capitalistas y confiscar todos sus medios de producción, poniéndolos al
servicio del pueblo. Esta inmensa tarea, la destrucción del estado burgués y la
constitución de uno proletario, deberá de realizarla un partido obrero de
masas, bajo las banderas del internacionalismo.
El
estado proletario parido de la revolución irá perdiendo funciones a medida que
la resistencia de los capitalistas se evapore, y a medida que las tareas
económicas esenciales sean realizadas (control obrero de la industria, creación
de cooperativas de campesinos y propiedad pública de las tierras, confiscación
de las riquezas y de los capitales, fusión de los bancos capitalistas en una
banca pública popular al servicio completo de la economía productiva…etc.) El
estado irá siendo innecesario e irá siendo substituido por las organizaciones
económicas creadas por él mismo, que ya no serán un estado, pues no servirán
para reprimir a ninguna clase social.
3-
Está claro como la luz del día que los anarquistas y los comunistas diferimos
bastante sobre la cuestión del estado, y durante largos años se han producido
discusiones muy famosas de entre nuestros referentes. La más famosa fue sin
duda la protagonizada por Marx y Engels con Bakunin, que acabó con la salida de
los libertarios de la Internacional. Mirad lo que decía el líder del
anarquismo:
“[Dice
Marx] en su célebre Manifiesto del partido comunista [...] " El proletariado
debe concentrar todos los instrumentos de producción en manos del Estado, es
decir, del proletariado elevado al rango de clase dominante." [...] Si el
proletariado, se pregunta, se convierte en clase dominante, ¿sobre quién dominará?
Quedará pues otro proletariado que será dominado a esa nueva dominación, a ese
nuevo Estado.”
Evidentemente el señor
Bakunin no entendió bien el fragmento del Manifiesto Comunista, pero como era
una persona inteligente, se hizo la pregunta correcta; “¿Sobre quien
dominará?”. Pues nosotros le contestaremos señor Bakunin, el proletariado
dominará sobre los burgueses y los capitalistas, además de sus agentes a
sueldo, no sobre otros proletarios, a menos que estos vayan contra la
revolución que les ha liberado. Después de la revolución, la clase burguesa no
se evapora, no desaparece, simplemente se retira a sus madrigueras a apretar
los puños y los dientes, y a maquinar el restablecimiento de su dominación,
mientras esta amenaza exista, el proletariado no puede renunciar a consolidar su
victoria. El señor Bakunin nos alienta a la lucha, eso sí, nos dice que una vez
ganemos, dejemos las armas del enemigo cargadas a sus pies. ¡Esto no puede ser!
Además de esto, la postura anarquista carece de visión materialista, ya que
mientras exista lucha de clases (y durante un tiempo después de la revolución
existirá) el estado no puede dejar de existir, pues su labor es precisamente
conciliar esta lucha (bajo el mando de la burguesía) o finiquitarla (bajo el
mando de la clase obrera).
A pesar de las numerosas diferencias y discusiones que hemos mantenido anarquistas y comunistas a lo largo de la historia, por ejemplo en el problema del estado, no hay que olvidar que ambos colectivos tenemos muchos muertos y mártires a nuestras espaldas, y muy a menudo (y de esto los españoles somos referentes) nuestros camaradas han caído juntos, defendiendo la misma causa. Compartimos el mismo enemigo.
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