Antes de la Revolución Industrial, los gremios y pequeños artesanos eran los “capitalistas” y dueños de la producción de bienes y mercancías así como los terratenientes eran los propietarios de las tierras, que trabajaban los braceros y jornaleros. La cosa cambió con la máquina de vapor y el posterior desarrollo de otras que cambiaron el desarrollo de la industria.
Las máquinas permitieron aumentar la productividad de la industria ya que no se necesitaba emplear tanta mano de obra (surgimiento del ludismo) y por tanto se consiguió también abaratar el coste por unidad de producto lo que se reflejó en los precios finales. El hecho de que aquellas industrias modernas pudieran vender los productos a menor precio hizo que los pequeños artesanos y los gremios se vieran engullidos por las grandes fábricas y se convirtieran en “un apéndice de la máquina”.
Ante esta situación los capitalistas y sus voceros empezaron a justificar dicha situación alegando que estábamos en un modelo de libre empresa y por tanto si ellos eran los dueños de las mayores empresas era por su carácter emprendedor. La duda que asalta rápidamente a cualquiera es: ¿Qué casualidad que los grandes emprendedores siempre están en la burguesía y las clases privilegiadas? ¿No será que es más bien un motivo más terrenal el que explica su privilegiada posición? ¿Cómo es que ellos son más emprendedores?
No es que los burgueses o los privilegiados fuesen más emprendedores sinó que eran más ricos, es decir, que al tener posibilidad de obtener las nuevas máquinas aplastaron a los pequeños artesanos sin posibilidad de adquirirlas. Por supuesto ellos alegaban que lo ideal era la libre competencia dentro de la nación (aunque rápidamente cambiaron de idea cuando los burgueses extranjeros empezaron a hacerles sombra).
Hay un claro ejemplo que ilustra esta hipocresía de los industriales de la época, hay que buscarlo en los burgueses catalanes que pedían proteccionismo para sus productos textiles pero exigían el libre cambio con Inglaterra en el comercio de maquinaria. Esto demuestra que no existe la ideología económica, lo que existe es la conveniencia económica y el crear teorías que sirvan a unos intereses determinados. A lo que a los marxistas nos corresponde, no hemos de estar a favor ni en contra de la competencia o el proteccionismo, sino que hemos de defender la asociación.
La asociación se ha demostrado en la historia como un medio de producción muy factible (cuando no está aislado ni boicoteado por la reacción), por asociación no me estoy refiriendo a las cooperativas Eroski, me refiero a asociaciones de obreros que bajo un plan estatal y unos medios dados se esfuercen en conseguir unos objetivos marcados por el estado. Olvidad aquí los Planes Quinquenales de Stalin y su manipulación, me refiero a unos planes que sean llevados a cabo por un estado obrero no por un partido oligárquico ni una plutocracia de partido (que es el que lo llevo en Rusia).
La necesidad de la economía planificada es evidente en medio de la anarquía de producción capitalista, el capital dedica millones a lo que es rentable para la propiedad privada pero no dedicará ni un céntimo si no lo es, aunque sea algo muy rentable para la humanidad. Los liberales dicen que si algo merece la pena, el libre mercado proveerá, lo que es una falacia… ¿Cómo es posible que se dediquen millones de euros a la investigación de protectores contra el envejecimiento y exfoliantes para el cuerpo, mientras se necesitan fondos para la lucha contra enfermedades? El capitalismo es la filosofía del “si me reporta beneficio invierto y sinó que lo haga el estado con el dinero de los currantes” bajo una economía 100% estado se podrían desviar estos capitales monetarios y humanos hacia los problemas reales.
Hay que ir hacia la economía planificada no solo para evitar el coste de oportunidad negativo que produce el capitalismo y el derroche en minucias y trivialidades sin importancia para 9/10 partes de la humanidad, hay que ir para evitar las crisis cíclicas. El capitalismo es crisis continua, hinchándose y contrayéndose sobre si mismo, absorbiendo recursos y destruyéndolos sin piedad debido a la sobreproducción causada por las burbujas.
El estado podría regular los ciclos económicos para evitar la sobreproducción, porque directamente controlaría la producción y lo que se produce, controlaría el crédito que sería sumamente vigilado, y controlaría los mercados para evitar operaciones especulativas…Además, al desaparecer el plusvalor y ser completamente reinvertido en el pueblo, la capacidad adquisitiva mejoraría aliviando los problemas de insuficiencia de demanda que están tan ligados a muchas etapas de recesión.
Una vez esta economía socialista hubiera conseguido con el paso de los años la mejora del nivel de vida de los desposeídos y la igualación paulatina entre ricos y pobres, la confiscación de tierras y capitales…etc. Entonces y solo entonces el estado dejaría de ser necesario, el estado ya no tendría que estar, pues ya no habría clases. El estado existe como medio de asignación de riqueza y de represión de una clase por otra, si la riqueza en el socialismo está asignada y la producción planificada en comunidades obreras y campesinas, y las clases se han fundido en una sola, el estado se extinguirá ya que ha dejado de ser necesario. El socialismo no es más que un proceso de extinción paulatina y lenta del aparato del estado capitalista, haciéndolo antes pasar por un estado socialista.
Mucha gente ha criticado a la economía planificada por la dificultad de llevar a cabo tal magnitud de recursos y coordinarlos de forma eficiente, y es cierto, la Rusia de Stalin falló en los planes quinquenales (aunque de forma relativa ya que consiguió la industrialización rápida del país). Pero hay que decir que la URSS de Stalin mintió a los trabajadores y a muchos miembros del partido sobre los resultados del primer plan y por tanto se tomaron las bases erróneas para el segundo que evidentemente fracasó (aunque la propaganda lo encubrió).
Los comunistas hemos de defender la economía planificada y hacer entender que el objetivo de la humanidad es el bienestar colectivo de sus miembros y no el de unos pocos a costa de todos.
Por último (aunque no tiene demasiado que ver) quiero que tengáis esta frase siempre presente, fue dicha por el mega millonario Warren Buffet en 2006.
“Hay lucha de clases, de acuerdo, pero es mi clase, la de los ricos, la que está haciendo la guerra, y estamos ganando”
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