miércoles, 29 de diciembre de 2010

Pensiones en VEO7


Estamos acostumbrados los españoles a ver telebasura, ya hace años que está impuesta y no hay mas remedio que tragarla, bueno, mas que tragarla aceptarla de buen grado por lo que parece. El último día navegando entre canal y canal vi el único debate que hacían a aquella hora que era el de VEO7 con el señor Carlos Cuesta. El debate trataba sobre las pensiones, y ningún hombre o mujer de la mesa estaba a favor de mantener la edad de jubilación a los 65 años, ninguno. Había creo recordar dos periodistas de RTVE que diferían levemente de los postulados ultraliberales (uno era el señor Carmelo Encinas, gran profesional) que se estaban saltando el discurso establecido levemente y por ello era calificado de todas las formas posibles, y desde aquí admiro su valentía de sentarse en esa mesa.


Pero no quiero comentar eso, vengo a hablar del experto que llevaron al programa, que era un profesor de la universidad Carlos III (creo) y que decía que ningún sistema público de pensiones es viable y que al corto plazo se debe de sustituir por el modelo de capitalización.


Para empezar tengo que empezar recomendando el libro de ATTAC de los profesores Vicenç Navarro y Juan Torres López, que no es demasiado divulgado en los medios de comunicación y a diferencia de los libros de otros autores mucho menos capacitados, estos dos señores lo permiten descargar gratuitamente desde Internet.


El sistema de pensiones español es una mezcla entre un sistema contributivo y no contributivo, es decir, que mezcla el hecho de que las personas cobren lo que han cotizado y que los que no hayan cotizado un mínimo de tiempo tengan derecho a una prestación no contributiva (las llamadas pensiones mínimas). Todo el mundo sabe que el gasto de este país en pensiones respecto al PIB es inferior al de otros muchos países, sin embargo tenemos una de las edades de jubilación más altas. Lo que el señor profesor del debate venía a proponer es que este sistema sea substituido por uno que según el es infinitamente mejor (y que después voy a demostrar que no), que es el sistema de capitalización.


¿Qué es esto del sistema de capitalización?


Es un sistema donde cada cual y a raíz de la renta percibida destina una cantidad de ella a un fondo de ahorro que normalmente es gestionado por un banco. Este fondo de ahorro será utilizado por el banco para operar en el mercado entre distintos productos financieros y así al final de la vida laboral el trabajador recogerá todo lo que ha ido guardando mas los intereses devengados (o sea que se hayan añadido a lo que tenía, si los hay). Esto así parece muy bonito pero cumple varias funciones este discurso. La primera de todas es cargarse el sistema de pensiones públicas y por tanto reducir las cotizaciones sociales (cosa que en la práctica es una rebaja del sueldo de los trabajadores), el siguiente objetivo es capitalizar los bancos de una manera brutal, dándoles más poder mediático y político del que tienen (el fondo de reserva de las pensiones es inmenso).


Pero lo que no se dice con este discurso, que el tertuliano daba como si estuviese sentando cátedra, es que el sistema de capitalización es otra expresión más de la lucha de clases. Si el sistema de ahorro por capitalización hace que cada uno tenga que ahorrar en base a la renta que percibe ¿Quién es el que podrá ahorrar? ¿El mileurista? ¿El setecientoeurista? Parece evidente que es un sistema concebido para personas con el nivel salarial del tertuliano que lo propugnaba.


El tertuliano de todas maneras parecía que por el momento se contentaba con contabilizar las pensiones en base a toda la vida laboral y alargando la edad hasta los 67, pero que esto tampoco era suficiente. El hecho de que como muy bien dice Vicenç Navarro un trabajador no cualificado viva menos años que un burgués no es algo que no se tenga en cuenta a la hora de hacer estos discursos.


El hecho de decir que se ha de tomar la vida laboral entera a la hora de calcular la totalidad de la pensión es otra forma de bajarla. Esto es así porque la base de cotización para la pensión de hoy es mas elevada que no la de hace 20 o 30 años, y si se tienen que tomar también aquellos datos veremos como la pensión baja (algunos dicen que supondría una bajada del 8%). Evidentemente esto es un mal menor para los trabajadores, ya que según estos pensadores “libres” es a lo mejor que nos podemos acoger por ahora.


El argumento mas repetido esa noche fué el de que la demografía no entiende de ideología y demás cosas por el estilo. Vicenç Navarro ya demostró en su artículo y en su obra que esto no es así, y hay que decir que no es el único que habla de esa forma.


¿Cómo se rebate el argumento de la población envejecida?


Este argumento dice que los estudios demográficos advierten de que las evoluciones de algunos indicadores (tasa de mortalidad, esperanza de vida, tasa de natalidad) hace que el número de personas en posición de recibir una prestación aumente en contra de una caída de los que están en edad de contribuir (recordemos que en España los que trabajan actualmente pagan las pensiones de los jubilados de hoy). Los liberales utilizan la llamada tasa de dependencia como variable incuestionable de que están en lo cierto, y que no es más que la relación entre los cotizantes y los que reciben prestación (dependientes).


La explicación es la siguiente: la tasa de dependencia se ve perjudicada por el envejecimiento de la población, ya que una de las dos variables aumenta y la otra en relación a la misma se ve perjudicada, así que se dice que cada cotizante tendrá que mantener a mas personas con su contribución al sistema, hasta que se haga insostenible. Esto es cierto, pero lo que no dicen los señores liberales es que es una verdad a medias, puesto que el equilibrio financiero del sistema de pensiones no se determina únicamente por el envejecimiento de la población (y el aumento de demandantes de prestación), también tiene que ver con determinantes de las cotizaciones en términos de volumen (tasa de actividad, tasa de paro, masa salarial, la productividad del trabajo, distribución de la renta…etc.).


Es decir, que los liberales, tan solo escudándose en la evolución negativa de una variable, pretenden cargarse el sistema de pensiones argumentando que su equilibrio financiero está en riesgo. Hemos visto que el equilibrio financiero depende no solo de la cantidad nominal de cotizantes y demandantes de prestación sino de otros aspectos que hacen variar la cantidad monetaria de las aportaciones al sistema. A nadie se le escapa que si los sueldos son más altos se puede cotizar más dinero, o que si la productividad aumenta pasa exactamente lo mismo.


Entonces parece que las medidas que se tendrían que tomar para garantizar el futuro del sistema de pensiones públicas iría encaminado a la mejora de la calidad del trabajo (puesto que la precariedad no va bien para las cotizaciones), mejorar el nivel salarial y evitar que cada vez represente menos en la riqueza del país, acabar con la economía sumergida…etc. Otra medida que yo metería para garantizar el sistema público de pensiones es la de buscar otras vías de financiación. En España la mayoría del sistema de pensiones es contributivo, sufragado con contribuciones, y la menor parte es no contributiva, es decir, sufragado a través de los presupuestos generales del estado. Yo propondría aumentar los presupuestos generales del estado con impuestos especiales y progresivos (impuesto verde, transacciones financieras, sobre la actividad económica…etc.) de esa manera podríamos aumentar la participación de los presupuestos en las pensiones.


Ejemplo de la “eficiencia” del sistema de capitalización:


Así como España fue un laboratorio para el Blitzkrieg de Hitler, América Latina fue en su tiempo el laboratorio de las políticas del FMI y del BM. Aquí se ensayaron los postulados de los admiradores de Reagan y Tatcher (que son muchos y influyentes) acerca de las pensiones. El caso más famoso es el de Chile, pero después de Chile vinieron el Perú, México y la Argentina que reformaron sus pensiones bajo la lupa del BM. En 1993, el BM publicó un informe llamado <> donde “acojonaba” literalmente a todos con la necesidad de instalar estos sistemas de capitalización y de privatización de las pensiones. El estudio prometía la prosperidad si se le hacía caso. Hay que decir que los países tuvieron que tragar (ya se sabe, la deuda externa) y once años mas tarde de la aplicación del plan, el BM presentó un análisis del experimento donde detalla el desastre que estaba provocando.


Los trabajadores se estaban quedando sin cobertura social, se hablaba de que en Chile el 50% de los trabajadores estaban dentro del sistema pero en otros países esa cantidad no llegaba al 20%, con las consecuencias que todo esto trae a países ya de por sí con pensiones públicas ridículas. Básicamente los costes de transacción de un modelo público a uno de capitalización causaron efectos muy malos a la economía en su conjunto, ya que al entrar en mayor déficit las cuentas hicieron elevar la tasa de interés, lo que tuvo un efecto de recesión (cayo la inversión y el consumo privado).


Después de esta terrible situación el BM pidió perdón y emitió la necesidad de que existiese un sistema público que evitase la pobreza en la vejez e instaba a la eliminación del sistema de capitalización de manera progresiva. Aún entonando el Mea Culpa el BM nunca hizo condonaciones de deuda extraordinarias para reparar el daño causado a las víctimas de sus políticas. ¿Este es el sistema que nos quieren traer a España?


Pues nos tendrán a millones delante.

1 comentario:

  1. es una lastima,pero no van a tener nada de esto en cuenta, no interesa y tendremos los 67 en enero.

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