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martes, 24 de julio de 2012

La cuestión del estado y la revolución por los anarquistas





Los comunistas y los obreros en general tenemos como último enemigo al capital, esto está bastante claro, pero no implica que sea nuestro único enemigo. El capitalismo no se sostiene por sí solo, requiere legitimidad política, de ahí todas las ideologías burguesas que le dan cancha (liberalismo, socialdemocracia, revisionismo…etc.) ¿Podemos meter al anarquismo entre ellas? ¿Podemos incluir al anarquismo como una ideología, que de la forma que sea, ayuda al capital? Algunos comunistas así lo han sostenido. Se puede argumentar que el anarquismo debido a su carácter poco científico y nada analítico ayuda de forma indirecta al capitalismo, ya que divide a los obreros en su lucha. No sería la primera vez que los anarquistas cometen actos de sedición o de traición, famosos son los casos de la Internacional Libertaria o de los marinos de Kronstandt. Aún así, creo que sostener estas posiciones basándonos en algunos casos aislados es poco marxista. El anarquismo, a pesar de su errónea concepción de la lucha obrera ha sido un movimiento importante y ha luchado con su sangre por la causa de los oprimidos. Los españoles sabemos bien esto debido a nuestra guerra; fueron los camaradas de la CNT los que el día 19 de Julio tenían toda Cataluña bajo su influencia. Solo su poca altura de miras rechazando el poder impidió la revolución ese mismo día. El motivo de este pequeño texto es analizar desde un punto de vista marxista la concepción anarquista del estado, la lucha obrera, la autoridad y la economía del estado proletario. Todo ello desde el respeto que se debe tener hacia una corriente obrera que con sus errores (también los comunistas los hemos tenido) lleva luchando más de 150 años por la liberación del proletariado.

La cuestión del estado para los marxistas:

Hoy día la gente cree que el estado moderno es como una especie de contrato social a lo Rousseau, piensan que el estado es fruto del acuerdo de la sociedad. Engels en su “Origen de la familia, la propiedad y el estado” analiza en sus primeros capítulos que esto no es así. Ha habido sociedades que se las han arreglado sin estado, han podido vivir (no importa el modo) sin esta organización política. Dice Engels sobre los indios americanos (iroqueses):

“¡Admirable constitución ésta de la gens, con toda su ingenua sencillez! Sin soldados, gendarmes ni policía, sin nobleza, sin reyes, gobernadores, prefectos o jueces, sin cárceles ni procesos, todo marcha con regularidad. Todas las querellas y todos los conflictos los zanja la colectividad a quien conciernen, la gens o la tribu, o las diversas gens entre sí; sólo como último recurso, rara vez empleado, aparece la venganza, de la cual no es más que una forma civilizada nuestra pena de muerte, con todas las ventajas y todos los inconvenientes de la civilización. No hace falta ni siquiera una parte mínima del actual aparato administrativo, tan vasto y complicado, aun cuando son muchos más que en nuestros días los asuntos comunes, pues la economía doméstica es común para una serie de familias y es comunista; el suelo es propiedad de la tribu, y los hogares sólo disponen, con carácter temporal, de pequeñas huertas.”

Aquí Engels está describiendo a una de estas sociedades que no conocían el poder del estado, que no se organizaban mediante el estado o ninguna clase de estado. Alguno podrá argumentar que estas relaciones de la gens son otro tipo de “estado”. El que hable así no sabe nada del ABC del marxismo, ya que nada tiene que ver la gens de los indios con un estado. En el propio texto de Engels leemos la gran diferencia entre gens y estado: “Sin soldados, gendarmes ni policía, sin nobleza, sin reyes, gobernadores, prefectos o jueces, sin cárceles ni procesos” es decir, lo que diferencia a la gens del estado y por tanto, lo que la convierte en “no estado”, es la ausencia de represión de clases, lo que solo puede indicar algo, la ausencia de clases. El estado para un marxista es el aparato represivo y administrativo de una clase (la que ostente el poder), por tanto, si no existe este aparato, tampoco existe la clase que lo posee. Es fácil ver esto. Los comunistas vemos en la organización de la gens una especie de comunismo primitivo. Esto es lo que Engels da a entender.

Esta es la visión marxista del estado que todos conocemos, esta es la razón de ser de este aparato de clase. El problema viene en que este aparato a veces cambia de mano. Hemos visto que la clase dominante es la que tiene el poder del estado, lo cual nos induce a pensar que los cambios en el estado vienen dados en los cambios en la clase dominante. Es exactamente así. Los métodos del estado, la estructura, su organización, leyes…etc. vienen determinados por dos cosas: la clase que detente el poder y el grado de lucha de clases existente. Esto quiere decir que el estado absolutista marcaba las reglas de juego en tanto los intereses de la nobleza, el clero y otras clases, pero también podía introducir modificaciones en la estructura represiva si la lucha de clases se agudizaba. Es decir, el estado (lo ostente quien lo ostente) puede tener una personalidad flexible, un ejemplo de esto son los estados del bienestar introducidos en Europa ante la amenaza de una rebelión proletaria.

Así como el estado absolutista fue derrocado en la revolución francesa, el estado burgués, que salió de esta misma revolución, será sustituido por el estado proletario. ¿Qué es el estado proletario? ¿En que basa este estado su poder? El estado proletario es la organización política del proletariado, es la toma del poder político y la dirección de este para consolidarse y hacer valer sus intereses. El poder del proletariado se basará (por primera vez en la historia) en la inmensa mayoría de la base social, en el proletariado y campesinado. La clase en el poder será la clase mayoritaria, no como hasta ahora.

La primera tarea de los proletarios será la de declarar el terror contra la contrarrevolución, declarar la guerra de clase a la reacción, a los elementos subversivos que se nieguen a la dictadura del proletariado. Estos elementos reaccionarios serán la burguesía y los deshechos de la antigua sociedad. Contra ellos, la respuesta del pueblo obrero debe ser dura, en la medida que sea de duro el ataque de la contrarrevolución. Muchas veces en la historia, en situaciones de naciente poder proletario, estos, no han sabido implantar el terror contra la contrarrevolución, y lo han pagado caro. Es el caso de la Comuna de París, que dejó escapar vivo al gobierno de Thiers y lo acabó pagando con su destrucción. Por ello es esencial dar un golpe duro a la contrarrevolución. ¿Cómo ha de hacerse? ¿Cómo los obreros podrán destruir la amenaza contrarrevolucionaria? Algunos ingenuos pensarán: “los obreros son mayoría, lo podrán conseguir sin problemas”, este argumento olvida que los obreros han sido mayoría por más de 150 años y jamás han conseguido destruir el capitalismo en toda Europa (salvo excepciones que todos conocemos). Por tanto, parece ser que no basta con ser mayoría para aplastar a la burguesía. Se necesita una organización, un mecanismo, unas armas, una disciplina, una coordinación, o lo que es lo mismo, un estado. El proletariado conseguirá arrebatar el poder a la burguesía utilizando las mismas armas que le han servido a esta para sojuzgar al proletariado, es decir, el estado.

Esto concuerda claramente con la definición leninista de estado (el arma de una clase sobre otra) lo que ocurre, es que en este caso será el proletariado quien lo use y no quien lo sufra. Los burgueses y contrarrevolucionarios se encontrarán siendo juzgados por los mismos tribunales que ellos crearon, encarcelados en sus cárceles y si hace falta ajusticiados por sus ejércitos permanentes (debidamente disueltos y reconvertidos en milicias obreras).

El objetivo de esta política represiva por parte del proletariado va encaminada a un único objetivo, la supervivencia de la revolución. ¡Cuidado! Digo, la revolución, no el estado revolucionario. Una vez destruida la clase explotadora, o integrada en la población, una vez desarrolladas las fuerzas productivas bajo un plan general, una vez reorientada la economía hacia las necesidades, las clases irán desapareciendo por completo y con ellas, la necesidad del estado obrero. Llegará el día en que el socialismo habrá conseguido resolver prácticamente los problemas materiales de la mayoría; el problema de la vivienda, asistencia médica, educación gratuita, seguridad, democracia y economía. En este momento, ligado el estado como está a la existencia de los antagonismos de clase, desaparecerá gradualmente, llegando por fin a la sociedad en la que podremos decir: “cada cual según sus méritos y según su hambre”.

La cuestión del estado para los anarquistas:

Los anarquistas comparten con los comunistas la crítica acérrima al estado, pero ellos creen ver más allá de esta. Para los anarquistas, la opresión del capitalismo mediante el estado es repugnante, por esto, según ellos, el proletariado no puede servirse de la herramienta de opresión, por ser detestable y antiobrera: “lo que ha servido para reprimir no puede servir para liberar”. Los anarquistas rechazan toda violencia organizada en el marco del estado (no importando de que clase sea este estado) y rechazan también toda disciplina y autoridad, o lo que es lo mismo, rechazan la política. Esto los convierte en grandes utopistas. ¿Cómo pretenden los anarquistas aniquilar la reacción sin tomar el poder estatal en sus manos? Ellos dicen que no hace falta, dicen que el poder estatal no debe ser tomado, debe ser destruido. Esta situación nos lleva a  plantear lo siguiente: ¿Cuál es la actitud de los anarquistas ante un estado obrero? Recordemos que según los más acérrimos antiautoritatios, el estado obrero no existe, ya que por el simple hecho de ocupar el poder estatal, el proletariado, crea una casta burocrática que acaba irremediablemente barriendo la revolución o traicionándola. Este argumento se parece bastante al argumento de los pensadores burgueses que braman como animales contra la imposibilidad del estado obrero. Pero entonces ¿Cómo afrontan los anarquistas la experiencia de la Comuna de París o de la Rusia Soviética (mientras fue soviética)?

Los anarquistas se ven ante un verdadero brete teórico con la Comuna parisina, puesto que según ellos, un estado no puede ser obrero. Los anarquistas resolvieron este problema manipulando la imagen de la Comuna. No reconocieron ni reconocen que la experiencia de los communards se manifestó en un estado obrero, por contra, dicen que fue ¡una comuna anarquista! Ya dijo Engels, sobre los anarquistas, algo que me servirá a mí para esta ocasión: “esta gente cree poder cambiar la cosa con cambiarle el nombre”. Los anarquistas, para no tener que reconocer un fallo teórico en sus posiciones “antiautoritarias”, intentan hacer creer que la Comuna Parisina fue una experiencia comunal anarquista y por tanto, no estatal. Lo cierto es que fué el embrión de un nuevo estado obrero que se hubiera extendido por Francia de no ser porque las hienas de Thiers lo ahogaron en sangre.

El otro estado proletario, éste, indiscutiblemente estado, se da en la Rusia de 1917. En 1917, Lenin y los obreros de Petrogrado, como vanguardia de todos los obreros y campesinos de Rusia, toman el poder en sus manos y se lo entregan a los Soviets (organizaciones estatales del proletariado y los campesinos). Esta situación debe de suponer un verdadero quebradero de cabeza para un anarquista. ¿Cómo reconocer que el proletariado se quita las cadenas, no solo tomando el poder del estado y entregándolo a sus organizaciones, sino que además, lo hace bajo la dirección política de un partido (el bolchevique)? Es indiscutible que los inicios de la Revolución de Octubre y los años subsiguientes fueron años de verdadero poder obrero en la dirección del estado. La Guerra Civil no fue otra cosa que la lucha contra la reacción. Esta lucha le costó al pueblo ruso millones de muertos y de destrucciones ¡Y eso que tenían la maquinaria del estado en sus manos, imaginemos si como dicen los anarquistas la hubieran rechazado por “autoritaria”!

¿Se hubiera podido aniquilar a la contrarrevolución zarista solo con la acción descoordinada de las masas? ¿Los obreros y soldados hubieran podido barrer a la burguesía del mapa y organizar el socialismo sin la toma del estado como los anarquistas proclaman? ¡No! De ninguna manera. A pesar de estos argumentos que son de simple lógica, muchos anarquistas se opusieron al poder soviético por considerarlo “poder”, “autoridad”, “estado”. Otros un poco más inteligentes se declararon a favor del poder proletario en tanto que luchara contra la reacción (estos, estaban reconociendo tácitamente la existencia de un poder obrero estatal, cosa que el anarquismo negaba). De todas maneras, la revolución de Rusia fue un golpe duro en la línea de flotación teórica de los anarquistas.

La diferencia clave entre el marxismo y el anarquismo respecto a la cuestión del estado y la revolución la explica de forma sintética pero adecuada el señor Kropotkin:

“Los que esperan efectuar la revolución social dentro del Estado, [aquí se refiere a los comunistas, aunque niego la mayor] manteniendo la mayor parte de sus atribuciones, hasta ampliándolas y utilizándolas a beneficio de la revolución. De otra hay los que, como nosotros los anarquistas, ven en el Estado, no solamente en su forma actual, sino hasta en su esencia y bajo todas las formas que podría revestir [incluyendo por tanto el estado proletario] , un obstáculo para la revolución social, un obstáculo por excelencia para el desarrollo de una sociedad basada en la igualdad y en la libertad ; una forma histórica para prevenir este florecimiento, y que trabajan, por consiguiente, para abolir y no para reformar el Estado. Como veis, la división es profunda”

A este párrafo de Kropotkin podríamos contestar con  la visión irónica de Marx:

“Si la lucha política de la clase obrera asume formas revolucionarias, si los obreros sustituyen la dictadura de la clase burguesa con su dictadura revolucionaria, cometen un terrible delito de leso principio, porque para satisfacer sus míseras necesidades materiales de cada día, para vences la resistencia de la burguesía, dan al estado una forma revolucionaria y transitoria en vez de deponer las armas y abolirlo”

En este párrafo escrito en la Neue Zeit se ve perfectamente la doctrina marxista de la “toma del poder del estado y de la extinción gradual del mismo”, se entiende perfectamente cómo se contrapone con la visión anarquista de “¡abolición del estado y de toda autoridad, aunque la burguesía no esté derrotada completamente!” Marx se burla de los anarquistas con este párrafo, a decir verdad, parece la reprimenda de un profesor a unos alumnos que se han pasado de listos y que tratan de superarle por la izquierda.

¿Diferencia insalvable?

Hemos visto la diferencia entre los anarquistas y los comunistas a la hora de tratar el tema del estado y de la revolución, lo podríamos resumir del siguiente modo: los marxistas creemos en la necesidad de utilizar el estado para suprimir a la burguesía y la contrarrevolución, además de para impulsar las medidas socialistas más importantes, esto nos llevará a la extinción de los antagonismos de clase y por tanto, del estado mismo. Los anarquistas no creen en el uso del estado para consolidar e instalar las primeras piedras del socialismo, la esencia misma de autoridad estatal (sin importar que clase la ejerza) les es insoportable, por ello, preconizan la abolición de los antagonismos de clase y del poder estatal inmediatamente. Como vemos, esta diferencia es muy profunda y a pesar de que hay elementos históricos que nos dan la razón a los comunistas, los antiautoritarios han hecho malabares para salvar sus teorías. ¿Hay algo más que demostrarles a los anarquistas después de la experiencia de Octubre y la Comuna? ¿Pueden ellos enseñarnos alguna organización anarquista que haya trascendido en la historia y que suponga algo más que pequeñas y anecdóticas experiencias autodenominadas anarquistas? Los hechos están de parte del socialismo científico.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Los aventureros de las ONG

Antes de ayer contemplamos todos las imágenes de los medios tras la liberación de los dos activistas catalanes miembros de la ONG Barcelona Acció Solidaria, de manos de sus secuestradores, según los medios, miembros de Al-Qaeda.

Tras la alegría y tranquilidad que supone la liberación de dos compatriotas, han sido algunas las polémicas que han saltado a la palestra:

¿Debería el Estado hacerse cargo de estas acciones individuales que se deciden tomar por propia cuenta y riesgo?

¿Se debería negociar con terroristas?

¿Deberían llevarse a cabo las acciones solidarias tal y como lo hizo Barcelona Acció Solidaria?

¿En qué medida las ONG, Organizaciones No Gubernamentales, pasan a serlo, ya que su financión económica básica proviene de las subvenciones públicas?

¿Cuál debería ser el modelo para la Cooperación y la Ayuda?

Ante las dos primeras cuestiones podemos encontrar una pluralidad de matices y razones que a muchos no nos conducirían a una conclusión precisa. He leído de algunos autores la opinión de que esta gente si ha decidido ser más aventurero que Tintín, creyéndose Indiana Jones en medio del desierto, el susodicho aventurero debería atenerse a las consecuencias del tránsito por una zona que,se puede intuir sin dificultad, puede presentar cualquier suceso inesperado que pueda incluso poner en peligro nuestras vidas. Por otro lado, pienso que, en virtud de que esas personas son miembros de una nación, ese Estado también tendría que tener el deber de proteger la integridad y el bienestar de sus nacionales en una situación tan adversa como la que se ha vivido, entrando en juego los mecanismos de la política exterior, planteando las opciones para la protección de los ciudadanos que se encuentran en un estado de peligro. El uso de qué herramientas utilizar para para el auxilio, creo, ha supuesto uno de los puntos más intensos de debate, sobre todo a raíz de la comparación con nuestro vecino país. La negociación está vetada por acuerdos internacionales entre naciones en las que figura España. Es fácil aducir entre los personajes encargados de clasificar la escala de amenazas a nuestras vidas terrenales que ante los terroristas ni una negociación ni media, pero ¿acaso alguien no piensa que si el secuestrado fuera alguien cercano y querido no removeríamos cielo y tierra por tenerlo de nuevo de vuelta? Ahí entra el juicio de cada uno en sus prioridades, o lograr la vuelta de nuestros familiares y amigos a cierto precio, o la exposición a un peor desenlace a cambio de la estoica resistencia ante el terrorismo.

Mención aparte merece el catalogar el modo de llevar a cabo su proyecto Barcelona Acció Solidadaria cuanto menos de imprudente, no tomando una serie de medidas previsoras teniendo en cuenta que se iban a desenvolver en un medio radicalmente diferente al que vivimos aquí.

Por otra parte, y respondiendo ya a los dos último interrogantes, es una realidad tácita que las ONG reciben la mayor parte de sus recursos de parte del Estado. Tengo la sensación de que se ha convertido en cierto "hobby" contar con una ONG propia con la que demostrar que somos muy solidarios, a la par que en muchas se comienzan a ver que algunos miembros suyos también cobran por su trabajo en la ONG. A mi entender, la labor en una ONG se debe tratar como algo que se realiza de modo altuistra, donde aportas según tus posibilidades, y que debería estar en gran parte desvinculado del Estado en cuanto que es una acción de cooperación y solidaridad con un sector concreto (si es una ONG pequeña) o en un proyecto de mayor envergadura ( si una ONG de cierta tamaño) atendiendo las necesidades de sectores de la población, tanto de nuestro país como de otros más desfavorecidos, a los que la accción de Cooperación y Ayuda del Estado no llega.

Mi opinión es que sí deben existir, y es un movimiento muy enriquecedor, un grupo de organizaciones que atiendan de modo solidario ciertas necesidades de pueblos, como el saharaui, que la necesitan a consecuencia de una situación a todas luces injusta. No digo que todas la ONG se vinculen con un pueblo que esté desfavorecido a raíz de un problema político, pero los gastos que se inviertan en pequeñas ONG deberían ser contenidos por el Estado para que fuese él el que lo gestionase de un modo optimizador para poder llegar todos los objetivos de cooperación y solidaridad que se marquen, otro problema es que eso tampoco lo hace el Estado de manera eficaz.

Quizá solamente estoy queriendo incidir en que tengo la ligera sensación de la existencia de ciertas ONG compuestas por algunos pijo-progres que se creen muy solidarios y altermundistas por montar una caravana financiada en gran parte con el dinero de todos para lanzarse a la aventura solidaria con poca conciencia de lo que ello supone. Quizá ello lave sus conciencias, pero bajo mi punto de vista, creo que el mundo no se va a arreglar a base de pequeñas acciones de limosnería, sino que el trabajo se debe centrar más en la lucha por lograr una estructura social y económica y orden mundial que logre un estado de la sociedad más justa. Con ello, como he señalado, no indico que la solidaridad sea un valor que no se deba cultivar, pienso que es uno de los fundamentales para la conciencia socialista, pero debe llevarse a cabo de un modo consecuente, conociendo todo lo que implícitamente atesora este valor, teniendo clara la finalidad que queremos darle, y llevándola a cabo del modo más eficaz posible.

jueves, 12 de agosto de 2010

El estado y las perturbaciones

La economia capitalista se mueve a través de fluctuaciones y perturbaciones, auges inversionistas y ajustes contractivos. El estado capitalista contribuye intencionadamente a estos movimientos de expansión del crecimiento y de retracción posterior, se dedica a fomentar la desregulación en épocas de auge y aplica políticas de restricción cuando la economia se vuelve por donde se ha ido. Con esto que he dicho hasta ahora puedo parecer un liberal cualquiera diciendo que el estado es un incordio en la actividad económica, y lo es, pero no en el sentido que lo diría un liberal.

Como todas las cosas, esta conclusión, tiene un reverso ocultado por la economia ortodoxa, esto que los señores Friedman y Soros no nos cuentan es que no es el estado el problema en sí sino el estado actual y las prácticas que consiente y aplica. Las prácticas que el estado capitalista hace son las siguientes y dependen de la situación en la que se encuentre la economia:

- Si la economia se encuentra en una etapa de auge, el estado controlado por los propietarios y poseedores de capital, se dedicará a escupir al pueblo las bondades del sistema y la necesidad de profundizar en reformas que aprieten mas el yugo sobre la intervención y participación del pueblo en la economia. En épocas donde hay un crecimiento económico debido a los buenos comportamientos del consumo y las inversiones (debido a la expectativa de beneficio) los capitalistas intentarán desmantelar los logros conseguidos por la clase obrera con la excusa de que impiden un mayor crecimiento de la renta nacional y del PIB (la llamada competitividad). Y es que en épocas donde la ocupación se mantiene en niveles aceptables y el crédito fluye a las empresas es fácil convencer a todos sobre la necesidad de la desregulación, se nos engañará diciendo que el bienestar crece, cuando lo que está creciendo es la desigualdad, riqueza y beneficios de los capitalistas.

Pero detengámonos a pensar en las consequencias que para el trabajador tienen estas etapas expansivas:

Sin duda, los obreros necesitan trabajo y con un nivel de retribución aceptable, por tanto en épocas donde esto se produzca los trabajadores tendrán la sensación de que el sistema funciona. El problema es que las etapas de crecimiento tienen inconvenientes por todos conocidos y solo sufridos por la clase obrera, el aumento de la inflación (muchas veces debido a la especulación de los capitalistas) y una sobreexposición al crédito bancario. Estos inconvenientes son infinitamente mas dolorosos en la clase obrera y es fácil conocer el porqué.
·Para empezar la inflación siempre afecta mas a un pobre que a un rico, y suelen ser los trabajadores los mas pobres.
·La exposición al crédito del obrero suele estar encaminada a artículos de necesidad o de consumo duraderos (electrodomésticos, pisos) por lo tanto su exposición está mucho mas justificada que no la exposición capitalista. Además, una subida del tipo de interés del crédito afectará gravemente a un obrero mientras que a un capitalista no le supondrá tanto.

Muchos ideólogos burgueses dicen que el capitalismo ha tenido etapas muy buenas para la clase obrera con aumentos de salarios y mejoras de las condiciones de vida, esto es cierto, pero veamos como se debe de enfocar:

·En primer lugar, los aumentos de salarios son concedidos en tanto que sostienen una demanda para los capitalistas, además que no hace falta decir que cuando se suben salarios quiere decir que estos trabajadores habrán duplicado dicha subida en términos de plusvalía para el capitalista. Y en segundo lugar hay que decir que cuando se da una exposición del público al crédito bancario de forma irresponsable, quien gana es el banquero que enjuagará sus balances con dinero público mientras se queda a la vez con la casa del pobre desempleado.

-En las etapas contractivas, por mucho que se nos intente decir lo contrario, se aplican políticas en contra del pueblo, tarde o temprano se hace, a las pruebas actuales me remito. ¿Cuanto han tardado los capitalistas a exigir al pueblo cargar con el coste de la crisis del sistema? Desde el minuto uno, pidiendo dinero público mientras ellos se iban a celebrarlo a sus fiestas sin importar el sufrimiento de los explotados. El déficit se volvió peligroso para los capitalistas cuando se dedicó a financiar la recuperación economica y decidieron por medio de sus gobiernos retirar estos estímulos y no contentos con eso, aplicar grandísimos planes de ajuste a los pueblos del mundo.

Estas son las acciones que los estados capitalistas toman, durante las etapas de crecimiento y durante las crisis, todas ellas, en perjuicio de los pobres y beneficio de los ricos.




miércoles, 21 de julio de 2010

Cuestiones sobre el papel del estado

Lenin en su libro “El estado y la revolución” habla sobre las tergiversaciones que los oportunistas hacen de las tesis marxistas, de diversos aspectos hacen leña los “filisteos y mencheviques” como el señor Kautsky o simplemente aquellos intelectuales burgueses o pequeñoburgueses que desean desprestigiar el comunismo. Uno de los aspectos que Lenin destaca como de grave manipulación es la cuestión de la funcionalidad y razón de ser del estado en la sociedad, el autor soviético distingue dos corrientes de pensamiento que tergiversan este aspecto. Pero para empezar hay que ver que nos dicen Marx y Engels sobre el estado, y Lenin recoge un fragmento muy significativo en su libro del cual reproduzco una parte:

“El estado es un producto de la sociedad que llega a un determinado desarrollo histórico” F.Engels

Se ve clarísimamente en esta frase de Engels su materialismo histórico, se ve de forma evidente su concepción de las organizaciones sociales y humanas. Marx y Engels creían que la sociedad no es en absoluto libre de elegir sus modos de organización, sinó que es esclava del desarrollo de las fuerzas productivas de las que disponga y de la existencia de mayor o menor desarrollo. Pongamos como ejemplo que una sociedad primitiva no tenía desarrollada la capacidad de crear grandes barcos que le permitieran comerciar con otras partes del mundo, en este caso, esta sociedad no tendría nunca capacidad de crear aseguradoras marítimas ni de obtener leyes que las regularan. Lo que Marx y Engels sostenían era que el estado surge como consecuencia de un desarrollo de la capacidad de la humanidad de producir ciertas cosas, en este caso, contradicciones de clase. El estado nace entonces con las contradicciones de clase, nace cuando la división del trabajo y del capital se hace de la forma que unos son dueños del trabajo de otros. Ante esta situación, ante esta polarización de la sociedad y para evitar la destrucción de dichas clases antagónicas, se crea un organismo que se habrá de situar “por encima de la sociedad” para mantener el “orden” y evitar una guerra abierta de clases.

Lenin dice (teniendo en cuenta está idea anterior sobre el papel del estado) que la existencia del estado es una demostración del carácter irreconciliable de las clases sociales y de su lucha. Pero aquí ya hemos de señalar la tergiversación que hacen los pequeñoburgueses de esta visión marxista del papel del estado.

Muchos autores burgueses reconocen que el estado surge con las contradicciones de clase, pero no ven este nacimiento como una consecuencia del carácter irreconciliable de las clases, sinó como un método para “conciliar” los antagonismos de clase. Ante estas posturas Lenin advierte que “el estado es un órgano de represión y de dominación, no de conciliación” la labor que el estado desempeña no es pacificar y armonizar la lucha de clases sinó de reprimir una clase por otra. Acertadamente, entonces podemos decir que estas teorías de la “conciliación de clases” solo sirven a aquellos que buscan la perpetuidad del estado y por tanto el mantenimiento de los antagonismos de clase.

Otra corriente, mas sutil (como la denomina el propio Lenin) a la hora de engañar a los marxistas sobre estas tesis sobre el papel del estado es la sostenida por los Kautskianos. Esta corriente no niega que el estado sea un órgano de represión de una clase por otra, ni niega que exista en tanto que hay desigualdad de clase, pero “olvida” mencionar que un paso imprescindible para la liberación de los desposeídos es la destrucción del aparato represor y acabar así con los antagonismos de clase. Estas posturas de Kautsky las consideraba Lenin como propias de un “ideólogo pequeñoburgues con fraseología casi socialista”.

A parte de hablar sobre el papel que desempeña el estado en la sociedad capitalista hay más manipulaciones que el líder bolchevique señala en el libro, referentes al estado y sus propiedades. Habla sobre la teoría marxista de la “abolición del estado” y del conflicto que existió entre Marx y los anarquistas de la época a raíz de esta teoría. Lo que los marxistas decimos refiriéndonos a la abolición del estado es lo siguiente que Engels escribe en su obra Anti-Dürhing:

“Al tomar el poder del estado, el proletariado, destruye el estado como tal y a sí mismo como proletariado” F.Engels

¿Que esconde esta frase? Aquí nos hemos de detener y sacar la conclusión que cuando el proletariado “toma el poder del estado” el “estado como tal” es decir, el estado como función de represor permanente de una clase por otra, desaparecerá. Ya que cuando los trabajadores se elevan en clase dominante quieren extinguir el estado, y se destruyen a si mismos como proletarios porque una vez tomado el poder político desaparecerán los antagonismos de clase, es decir, las clases. Los anarquistas ven estas tesis marxistas como algo imposible, argumentan que cualquier dominación de un hombre sobre otro (o de una clase sobre otra, añado yo) es detestable, dicen que nunca será una etapa transitoria sino que se tornará permanente y seguirán existiendo clases. A los anarquistas habría que decirles que con sus ideas están desoyendo las enseñanzas de la historia y el carácter materialista que tiene, además tienen ideas bastante contradictorias, por un lado ensalzan la revolución pero por otro lado desoyen la necesidad de consumarla mediante el poder político y acabar con la contrarrevolución, y esto se hace necesariamente con la elevación del proletariado como clase “políticamente dominante”.

Los anarquistas pretenden acabar con la dominación del hombre por el hombre de la noche a la mañana, pretenden la abolición del estado de forma inmediata, de esa forma dicen que la libre asociación surgirá del caos que se produzca. Señores anarquistas, la libre asociación nace de un proceso extremadamente complejo de conquista de los medios de producción por parte de los trabajadores, de un aumento de la producción y de unos planes concretos en la economía. Lo que los anarquistas defienden conseguiría un baño de sangre primero y la generalización de la miseria después, cosa que haría que la competencia entre obreros fuese encarnizada y cosa que nos volvería a llevar al inicio de todo.

Volviendo a la frase de Engels sobre la abolición del estado, algunos oportunistas han adoptado estas tesis anarquistas y han dicho que esa frase de Engels demuestra que el pueblo debe abolir el estado y no conquistarlo. Esto es otra fantasía de los que manipulan a Engels, cuando Engels dice que el estado debe ser abolido, se refiere al estado burgués, lo que el proletariado ha de abolir es al estado burgués para poder implantar el estado de los trabajadores que se irá extinguiendo con el tiempo y la desaparición de los antagonismos de clase.

Recomiendo leer este libro de Lenin sobre el estado y la revolución, pues se exponen muchos fragmentos de obras de Marx y Engels que pasan desapercibidos cuando intentas leerlas. Lenin en su esfuerzo de mantener impoluto el marxismo hace un esfuerzo muy grande con este libro a la hora de rebatir las doctrinas oportunistas que estaban surgiendo en Europa occidental (socialrevolucionarios) y en la propia Rusia (mencheviques).

miércoles, 7 de julio de 2010

El surgir del capital y la necesidad de la economia planificada

Antes de la Revolución Industrial, los gremios y pequeños artesanos eran los “capitalistas” y dueños de la producción de bienes y mercancías así como los terratenientes eran los propietarios de las tierras, que trabajaban los braceros y jornaleros. La cosa cambió con la máquina de vapor y el posterior desarrollo de otras que cambiaron el desarrollo de la industria.

Las máquinas permitieron aumentar la productividad de la industria ya que no se necesitaba emplear tanta mano de obra (surgimiento del ludismo) y por tanto se consiguió también abaratar el coste por unidad de producto lo que se reflejó en los precios finales. El hecho de que aquellas industrias modernas pudieran vender los productos a menor precio hizo que los pequeños artesanos y los gremios se vieran engullidos por las grandes fábricas y se convirtieran en “un apéndice de la máquina”.

Ante esta situación los capitalistas y sus voceros empezaron a justificar dicha situación alegando que estábamos en un modelo de libre empresa y por tanto si ellos eran los dueños de las mayores empresas era por su carácter emprendedor. La duda que asalta rápidamente a cualquiera es: ¿Qué casualidad que los grandes emprendedores siempre están en la burguesía y las clases privilegiadas? ¿No será que es más bien un motivo más terrenal el que explica su privilegiada posición? ¿Cómo es que ellos son más emprendedores?

No es que los burgueses o los privilegiados fuesen más emprendedores sinó que eran más ricos, es decir, que al tener posibilidad de obtener las nuevas máquinas aplastaron a los pequeños artesanos sin posibilidad de adquirirlas. Por supuesto ellos alegaban que lo ideal era la libre competencia dentro de la nación (aunque rápidamente cambiaron de idea cuando los burgueses extranjeros empezaron a hacerles sombra).

Hay un claro ejemplo que ilustra esta hipocresía de los industriales de la época, hay que buscarlo en los burgueses catalanes que pedían proteccionismo para sus productos textiles pero exigían el libre cambio con Inglaterra en el comercio de maquinaria. Esto demuestra que no existe la ideología económica, lo que existe es la conveniencia económica y el crear teorías que sirvan a unos intereses determinados. A lo que a los marxistas nos corresponde, no hemos de estar a favor ni en contra de la competencia o el proteccionismo, sino que hemos de defender la asociación.

La asociación se ha demostrado en la historia como un medio de producción muy factible (cuando no está aislado ni boicoteado por la reacción), por asociación no me estoy refiriendo a las cooperativas Eroski, me refiero a asociaciones de obreros que bajo un plan estatal y unos medios dados se esfuercen en conseguir unos objetivos marcados por el estado. Olvidad aquí los Planes Quinquenales de Stalin y su manipulación, me refiero a unos planes que sean llevados a cabo por un estado obrero no por un partido oligárquico ni una plutocracia de partido (que es el que lo llevo en Rusia).

La necesidad de la economía planificada es evidente en medio de la anarquía de producción capitalista, el capital dedica millones a lo que es rentable para la propiedad privada pero no dedicará ni un céntimo si no lo es, aunque sea algo muy rentable para la humanidad. Los liberales dicen que si algo merece la pena, el libre mercado proveerá, lo que es una falacia… ¿Cómo es posible que se dediquen millones de euros a la investigación de protectores contra el envejecimiento y exfoliantes para el cuerpo, mientras se necesitan fondos para la lucha contra enfermedades? El capitalismo es la filosofía del “si me reporta beneficio invierto y sinó que lo haga el estado con el dinero de los currantes” bajo una economía 100% estado se podrían desviar estos capitales monetarios y humanos hacia los problemas reales.

Hay que ir hacia la economía planificada no solo para evitar el coste de oportunidad negativo que produce el capitalismo y el derroche en minucias y trivialidades sin importancia para 9/10 partes de la humanidad, hay que ir para evitar las crisis cíclicas. El capitalismo es crisis continua, hinchándose y contrayéndose sobre si mismo, absorbiendo recursos y destruyéndolos sin piedad debido a la sobreproducción causada por las burbujas.

El estado podría regular los ciclos económicos para evitar la sobreproducción, porque directamente controlaría la producción y lo que se produce, controlaría el crédito que sería sumamente vigilado, y controlaría los mercados para evitar operaciones especulativas…Además, al desaparecer el plusvalor y ser completamente reinvertido en el pueblo, la capacidad adquisitiva mejoraría aliviando los problemas de insuficiencia de demanda que están tan ligados a muchas etapas de recesión.

Una vez esta economía socialista hubiera conseguido con el paso de los años la mejora del nivel de vida de los desposeídos y la igualación paulatina entre ricos y pobres, la confiscación de tierras y capitales…etc. Entonces y solo entonces el estado dejaría de ser necesario, el estado ya no tendría que estar, pues ya no habría clases. El estado existe como medio de asignación de riqueza y de represión de una clase por otra, si la riqueza en el socialismo está asignada y la producción planificada en comunidades obreras y campesinas, y las clases se han fundido en una sola, el estado se extinguirá ya que ha dejado de ser necesario. El socialismo no es más que un proceso de extinción paulatina y lenta del aparato del estado capitalista, haciéndolo antes pasar por un estado socialista.

Mucha gente ha criticado a la economía planificada por la dificultad de llevar a cabo tal magnitud de recursos y coordinarlos de forma eficiente, y es cierto, la Rusia de Stalin falló en los planes quinquenales (aunque de forma relativa ya que consiguió la industrialización rápida del país). Pero hay que decir que la URSS de Stalin mintió a los trabajadores y a muchos miembros del partido sobre los resultados del primer plan y por tanto se tomaron las bases erróneas para el segundo que evidentemente fracasó (aunque la propaganda lo encubrió).

Los comunistas hemos de defender la economía planificada y hacer entender que el objetivo de la humanidad es el bienestar colectivo de sus miembros y no el de unos pocos a costa de todos.

Por último (aunque no tiene demasiado que ver) quiero que tengáis esta frase siempre presente, fue dicha por el mega millonario Warren Buffet en 2006.

“Hay lucha de clases, de acuerdo, pero es mi clase, la de los ricos, la que está haciendo la guerra, y estamos ganando”