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lunes, 8 de agosto de 2011

LA REVOLUCIÓN DE FEBRERO II (LA ENTREGA DEL PODER)


En la primera parte de este post vimos como empezó la Revolución de Febrero, vimos que fueron los obreros y soldados los que la llevaron a cabo. Sin embargo, a pesar de ello, el poder fue a parar a manos de la burguesía liberal. ¿Por qué ocurrió esto? Lo cierto es que lo que caracterizó la actitud de dicha burguesía durante el alzamiento no fue precisamente la búsqueda del poder, sino más bien una completa indiferencia hacia él. Los periodistas y dirigentes burgueses pensaban que solo se trataba de “otra protesta más”. Un ejemplo claro de esta actitud pasiva de la burguesía se encuentra en la actitud de la Duma, que el día 27 se reunió (de forma ordinaria y no extraordinaria), y fue allí donde se enteraron que había un decreto firmado por el Zar que la disolvía, su actitud: “sometimiento a la ley”. Más tarde, ese mismo 27, el señor Miliukov decía “no podemos adoptar medidas porque desconocemos las proporciones de los desordenes, así como de parte de quien están la mayoría de las tropas […] lo conveniente es recoger informes”.

Hasta tal punto llegó la inoperancia de los liberales de la Duma que el día del triunfo de facto de la rebelión se dedicaban a pedir informes. Ante la gravedad de los acontecimientos algunos avispadísimos diputados (Kerenski entre ellos) piden la toma del poder por la Duma, lo que ocurre con el resto es que están muertos de miedo. No obstante, mientras los burgueses estaban discutiendo sobre la creación de un “Comité Provisional”, los obreros rescataban una forma de organización y de representación política que se encontraba en el baúl de la historia: el Soviet. Se creó el Comité Ejecutivo provisional del soviet de diputados obreros y soldados (al que llamaremos Comité Ejecutivo), que desde el primer momento empezó a actuar como si tuviese todo el poder en sus manos, y realmente era así. Se elige a través de dicho Comité Ejecutivo una comisión de subsistencias, se ocupan con destacamentos obreros armados el banco de estado y se controla la emisión de moneda y las reservas de recursos financieros, así poco a poco, este Comité Ejecutivo del Soviet se convierte en el centro de la Revolución, en el depositario del poder arrebatado al absolutismo.

Lo que ocurrió, como tantas veces ocurre en la historia de la lucha de clases, es que fallan los dirigentes obreros, en este caso la dirección del Soviet. Los socialistas, que controlaban el soviet veían inapropiado que no fuesen los burgueses quienes tomasen el poder en sus manos. Pero vamos por partes. La Duma creó el llamado Comité Provisional, este organismo no se atrevía a presentarse como “legítimo representante del pueblo” y por tanto no demandó el poder, solo se limitaba a pedir el “restablecimiento del orden”. Entonces llegamos a la siguiente disyuntiva: tenemos creados dos organismos, el Comité Provisional (de la burguesía) y que no se atrevía a tomar el poder, y el Comité Ejecutivo (del Soviet de diputados obreros) que tenía ya el poder.

Lo lógico sería pensar que el Comité Ejecutivo conservó el poder que las masas le habían otorgado, arrebatándoselo al antiguo régimen, pero no fue así. El Comité Ejecutivo presionó insistentemente a los burgueses para que aceptasen el poder, hasta que los asustados capitalistas aceptaron. De este hecho dieron su opinión unos años más tarde dos personajes centrales del asunto: Miliukov dijo –“la Duma se vio obligada a tomar el poder para evitar que hubiera verdaderos combates en las calles de la capital”- ¿Qué combates serían esos si la mayoría de las tropas habían pasado ya a la Revolución? Suena a excusa. Por otro lado Rodzianko dijo que si los diputados burgueses no hubieran aceptado el poder del soviet –“los diputados hubieran sido asesinados y el poder hubiera caído del lado de los bolcheviques”-. Las declaraciones de Rodzianko son exageradas pero reflejan muy bien lo que era la situación, pues si la Duma hubiera rechazado el poder, el soviet hubiera tenido que llevar esa responsabilidad, que tarde o temprano caería en manos del único partido con voluntad de ejercerla, el de Lenin.

Pero, ¿Qué hay de los que entregaron el poder a la burguesía? ¿De los Sujanov y los pequeño-burgueses como él? Estos diputados de los partidos socialistas no estaban con los obreros ya que este acto traidor hizo que sus máscaras de demagogos se cayeran y se destrozaran contra el suelo. ¿Cómo es posible que los obreros depositaran su confianza a estos traidores para comandar el soviet?

Ocurre con las revoluciones, que es una minoría del proletariado el que se sitúa en vanguardia, en el caso de Febrero fueron los obreros bolcheviques como Kajurov que arrastraron a millones de obreros con la misma causa y el mismo objetivo pero “menos conscientes de las tareas a hacer”. Resulta que cuando se llama a votar para el Soviet, no solo vota esta minoría políticamente avanzada y consciente, sino también la inmensa mayoría alienada y fácil de engañar. Cuando los obreros entregaron el poder al Soviet se lo estaban entregando indirectamente a la burguesía. También es importante señalar que los grupos mencheviques y eseristas (socialistas-revolucionarios) contaban con mas organismos de propaganda que los bolcheviques, por tanto fueron dos cosas las que hicieron que el Comité Ejecutivo cayese en manos de los traidores: la primera es la inevitable circumstancia de que en las votaciones no solo ejerce derecho a votar la vanguardia revolucionaria, sino todos los obreros, y la segunda es que debido a la mayor presencia física de los mencheviques y eseristas los obreros les dieron su apoyo, pero no para entregar el poder, sino para ejercerlo.

Haciendo un poco de resumen final en una frase: los obreros, desconociendo los planes traidores de los partidos pequeño-burgueses les eligieron para el Comité Ejecutivo, y estos, en vez de consolidarse en el poder, lo entregaron a la burguesía. Todo hay que decirlo, para que la burguesía aceptase el poder los socialistas renunciaron a su programa como prueba de buena voluntad. Evidentemente estos traidores y conciliadores reaccionarios que se acabarían de destapar durante Octubre tuvieron que justificar su crimen al pueblo y lo hicieron con dos argumentos:

1º: “Puesto que la revolución es burguesa, deben de ser ellos los que tomen el poder”. Esto era la primera premisa teórica, pero no era más que una cortina de humo adornada de fraseología materialista que escondía su actitud rastrera y sumisa ante el gran capital. Trotsky explicó esta claudicación con la siguiente frase: “el origen de esta actitud radicaba en ese movimiento casi instintivo que impulsa al tendero o al maestro a apartarse al barro de la acera para que pase el barón Rothschild”.

2º: “Rusia no tenía elementos democráticos (se refiere a proletarios) para organizar el poder” Esta frase olvida dos cosas, la primera que esos organismos se llamaban Soviets, y la segunda es que ese poder estaba ejerciéndose antes de ser vendido a la burguesía.

Estas posturas demuestran lo innecesarias que son las alianzas con las pequeño-burguesías progresistas en países como Rusia, pues dependían del gran capital, así como éste dependía de las inversiones extranjeras. Menos mal que Octubre puso a cada uno en su lugar correspondiente.

martes, 2 de agosto de 2011

LA REVOLUCIÓN DE FEBRERO I (EL ALZAMIENTO)


Cuando a la gente en general y a los comunistas en particular se nos habla de la “Revolución Rusa”, rápidamente pensamos en Lenin llamando a la insurrección contra el gobierno provisional de Kerensky, en una palabra, pensamos en OCTUBRE. Pero hubo en 1917 otra revolución rusa además de la de Octubre, todos la conocemos como “La Revolución de Febrero” pero no nos engañemos, es una gran olvidada, en parte por el tamaño y el calado de su hermana mayor. Mis próximas dos entradas van a tratar de centrarse en esta olvidada revolución de la clase obrera rusa, ya que creo que nos servirá para alcanzar dos objetivos, el primero homenajear a sus mártires, y el segundo comprender mejor la gestación de la revolución de octubre.

Lo que primero sorprende al lector al estudiar la Revolución de Febrero es su grado de espontaneidad (mas adelante entraremos mas en este tema), almenos de sus orígenes, esto la diferencia de la Revolución de Octubre que ya contaba con Soviets y con un partido de vanguardia. Los obreros no necesitaron que nadie les guiase ni les coordinase con comunicados ni con proclamas más que ellos mismos.

Pero entremos ya en materia, vayamos primero que todo al origen de los acontecimientos, que está en el día 23 de Febrero de 1917 día en que se celebraba la jornada de la mujer trabajadora. Ningún sindicato ni organismo político, ni siquiera los más combativos, habían hecho llamamientos a la convocatoria de una huelga general para ese día y no se esperaban (tanto para los dirigentes obreros como reaccionarios) más que las típicas proclamas de algunos. A pesar de toda esta situación de apatía dirigente, las obreras fabriles de Petrogrado proclamaron la huelga general y reclamaron a sus camaradas varones que la secundasen, esta combatividad de las obreras (que eran el eslabón más explotado de la cadena) hizo que las organizaciones obreras se tuvieran que sumar al movimiento a regañadientes. El día 23 de Febrero unos 90000 trabajadores estaban en huelga, habiéndose iniciado todo principalmente en la combativa barriada obrera de Viborg y habiendo finalizado a las puertas de la Duma pidiendo pan.

Al día siguiente los acontecimientos tomaron un calado menos normal (todo lo normal que para un español del s.XXI son 90000 obreros en huelga), el día 24 no fueron a su puesto de trabajo la mitad de la fuerza de trabajo de Petrogrado. Las grandes manifestaciones de los obreros se vieron favorecidas por la decisión de los cosacos de no disparar al pueblo. De estos dos primeros días, el 23 y 24, cabe señalar el papel de la reacción y la actitud de los obreros hacia ella. Los obreros actuaban con hostilidad ante los policías, pero intentaban ganar para su causa a los soldados (el día 24 a las fuerzas cosacas y de caballería), aquí en Febrero ya se empezaba a vislumbrar la futura alianza de obreros y soldados.

Siguiendo con el tema represivo a las protestas hay que decir que el general Jabalov, jefe de las tropas de Petrogrado y alrededores siguió el plan establecido desde 1905; es decir: primero sacamos a la Policía, después a los soldados de caballería con orden de no disparar y si finalmente la cosa se descontrola, sacamos a la infantería con orden de abrir fuego. Si miramos el orden de los hechos vemos que se siguió el plan a rajatabla, el día 23 la policía, el 24 los soldados y cosacos a caballo con látigos y porras y el día 25…bueno, ahora vamos con el día 25.

Imaginemos 250000 trabajadores paralizando la vida de una ciudad industrial, los tranvías y los coches detenidos por las riadas de huelguistas y las calles cortadas por los gigantescos mítines, eso fue el día 25. Ante el gran calado de los acontecimientos la policía y algunos soldados abren fuego (siguiendo la fase tres de Jabalov) contra los obreros, estos se giran a pedir ayuda a algunos soldados y en ocasiones la reciben. El día 25 los acontecimientos tomaron una actitud más violenta y de mayor trascendencia que los días anteriores, y algunos soldados empezaron a plantearse si estaban en el bando correcto de la insurrección. En el futuro no lejano de este mes de Febrero, el germen del soldado y el obrero cristalizará en los Soviets de Diputados Obreros y Soldados, a los que después se añadirán los campesinos.

Hasta el momento hemos ido desde el día 23 al 25 explicando las distintas fases pero es bueno hacer un pequeño alto en el camino y resumir un poco: el día 23 se inicia la insurrección con la huelga de las obreras fabriles, que se continúa extendiendo como una gota de tinta por toda la clase obrera de la ciudad, que muy confiada, convierte poco a poco esta huelga en un movimiento insurreccional. Como hemos comentado, vencida la policía el día 23, se utilizaron además de los gendarmes, soldados y cosacos (a caballo y a pié) los días siguientes. En esta situación de olla a presión llegamos al día 26 cuando fueron detenidas gran cantidad de personas, entre ellas algunos dirigentes bolcheviques, este día una multitud de obreros se concentraron cruzando el congelado río Neva (el frío ruso colaboraba en la revolución), los soldados habían reemplazado casi totalmente las labores represivas de la policía y siguieron abriendo fuego contra la multitud, que les contestaba con piedras y pedazos de hielo.

Después del día 26 llegó la jornada que Trotsky denominó como “definitiva”, el día 27. Este día por la mañana los obreros reunidos en las puertas de las fábricas acordaron continuar con la lucha emprendida 4 días antes, lo que en conceptos prácticos implica la insurrección armada. Si en el curso de una revolución, no se va escalando peldaño a peldaño en un orden ascendente las masas se desmotivan y pueden dar un peligroso vuelvo los acontecimientos, una vez iniciada la acción solo se puede seguir avanzando hasta el final o ser derrotado. Los obreros sabían esto y así decidieron que sería el asunto el día 27.

La gran diferencia entre febrero y octubre, como hemos señalado al principio, es la espontaneidad y la autogestión de las masas sobre sí mismas. Este día 27 la clase obrera no fue llamada a la insurrección por un partido sino que era lo suficientemente madura como para entender la situación y lo que tenía que hacer. Llegados a este punto de “o la ametralladora barre la insurrección, o la insurrección se apodera de la ametralladora”, fueron los “líderes” de la revuelta los primeros testigos en ver como sus representados les adelantaban por la izquierda. La masa que salto por encima de sus dirigentes (como muchas veces en la historia) estaba formada por obreros pero también por soldados, de hecho fueron los soldados los que dieron el disparo de salida. El primer regimiento en ponerse en rebeldía fue el de Volinski, junto con los de Lituania (no el país, sino el nombre del regimiento) y Preobrajensky que se unieron rápidamente a los obreros y atacaron la central de policía.

Si los soldados de este día 27 se unían a los obreros esto significa dos cuestiones prácticas muy valiosas: los que han de reprimir al pueblo no lo harán, y las armas se pondrán en manos de los reprimidos. Con las armas apuntando a la reacción y no únicamente al revés, las cosas fueron mucho más fáciles, el obrero se siente irremediablemente más valiente con un fusil o con un revolver que con una botella rota o una piedra.

Poco a poco iban cayendo comisarias y muertos del lado de la reacción, las fuerzas militares “fieles” que Jabalov enviaba contra los obreros y soldados eran absorbidas por los revolucionarios. El día 27 se abrieron las celdas y los presos de los días anteriores contemplaron como habían cambiado las cosas. Esa misma tarde la revolución había triunfado de hecho no solo en Petrogrado sino en los alrededores y en otros cuerpos de ejército y poblaciones. El día 2 de Marzo el zar de todas las rusias Nicolás II incapaz de contener la situación abdica y se forma un gobierno provisional que declara la amnistía total y se compromete a convocar una asamblea constituyente.

Pero todo esto nos hace preguntarnos lo siguiente: ¿Cómo es posible que una revuelta popular desde abajo llevase al poder a la burguesía y no a los obreros y soldados? ¿Por qué no en Febrero y si en Octubre? A estas preguntas intentaremos contestar en la siguiente entrada.