viernes, 31 de agosto de 2012

Materialismo histórico




El hombre aparece en la historia como un animal peculiar, está claro que no somos iguales que los demás, nosotros podemos llegar a niveles de retención de información, de organización, de producción de alimentos, de dominio del medio que nos rodea mucho más elevados que el de nuestros competidores mas subdesarrollados. Esto no es debido a que seamos la especie elegida por la Deidad X para dominar el mundo, sino debido a un complejo proceso de evolución que nos ha hecho ser como somos ahora. Si viajamos a las primitivas comunidades de humanos, podremos ver que éstos (al igual que ahora) tienen una debilidad que les diferencia de otras especies, y es su total y absoluta vulnerabilidad en los primeros años de vida. Esta debilidad congénita de nuestra especie, unido a otras muchas (no tenemos alas para volar y huir de los depredadores, no tenemos coraza, ni pelo que nos proteja del frio, no somos excesivamente grandes o poderosos) nos ha convertido en animales sociales, es decir, en “ser social”. Necesitamos la cooperación entre nosotros para poder sobrevivir a un mundo hostil. Pero así como tenemos debilidades tenemos también fortalezas, el lenguaje desarrollado nos permitió el aprendizaje y la posterior producción de ideas y pensamientos. Lo que nos distingue de los animales primitivos, a parte de nuestra producción de herramientas complejas, es que ellos, cogen alimentos de forma instintiva, mientras que nosotros los producimos con arreglo a un plan, que a su vez, ha sido elaborado por un conjunto de experiencias y conocimientos de nuestros antepasados.

Como hemos dicho, el hombre, se organiza y vive en sociedad, debido a sus debilidades naturales y a la posibilidad que tiene de hacerlo, pero hay que decir también, que para vivir en sociedad, hay que producir los bienes y servicios necesarios que alimenten, vistan y protejan a esta sociedad, o sea, tiene que existir una producción social. La producción social serán todos aquellos bienes y servicios que una determinada comunidad humana pueda crear u ofrecer a sus miembros gracias al trabajo colectivo de los mismos. Esta producción social se puede organizar de muchas formas, puede estar fundamentada de una u otra manera, y dependerá en gran medida del entorno natural en el que se habite. Así que lo que tenemos es una sociedad humana que crea bienes y servicios y que se organiza socialmente de una forma determinada. ¿Pero existe algún tipo de relación entre la forma que tienen los hombres de producir bienes y servicios y de organizarse socialmente? Evidentemente que si, una cosa va ligada con la otra. El materialismo histórico nos dice que el modo en que los hombres produzcan sus bienes y servicios determinará en “última instancia” su organización social-política. Antes que nada, aclaremos esta frase con un ejemplo: “la forma en que los hombres cultiven, los medios con que lo hagan, la organización que utilicen, la forma de distribución del trabajo...etc. determinará “en última instancia” que en esa sociedad haya una organización jerarquica-política-social determinada”. De todos modos, veamos como expresa esta idea uno de sus primeros enunciantes, o sea, Federico Engels:

“El desarrollo político, jurídico, filosófico, religioso, literario, artístico…etc. (Superestructura) descansa en el desarrollo económico (Infraestructura). Pero todos ellos repercuten también los unos sobre los otros y…sobre la base de la necesidad económica, que se impone siempre, en última instancia”

¡Genial la explicación de Engels de lo que es el materialismo histórico marxista, distinto del semi-materialismo de Feuerbach! Fijaros como Engels define la organización social de la comunidad humana, describe algunas de sus partes integrantes (política, derecho, filosofía, religión, literatura, arte…etc.), todo esto, según Engels, viene determinado en una sociedad (“en última instancia”) por la base económica, o como él dice, por la “necesidad económica”. Ahora bien, es de un cretinismo económico supino quedarse con esta definición que acabo de hacer, ya que el propio Engels la complementa diciendo que todas estas partes de la superestructura (como llamamos a la organización social de una comunidad humana) se complementan también entre sí, o sea, que las leyes de la sociedad influencian a la política, la política al arte, la literatura a las leyes y a la política…etc. Pero esto no entra en contradicción con que a fin de cuentas y en última instancia, lo que se “imponga” sean las necesidades económicas, o sea, la infraestructura (que es como llamamos a la producción social de una comunidad). Hay que añadir a todo esto una precisión, y es la siguiente. Cuando decimos infraestructura no solo nos estamos refiriendo al nivel tecnológico que los medios de producción tengan en una sociedad, o a la cantidad de herramientas que ésta pueda producir, sino que también nos referimos a las relaciones que los hombres necesariamente han de tener en estas condiciones de producción (las relaciones de producción), o sea, si la sociedad se fundamenta en la agricultura feudal, los hombres se relacionan de cierta forma, si se fundamenta en la industria pesada del siglo XX, se relacionaran de otra, y sus posiciones frente a la propiedad de los medios de producción serán distintas.

En las sociedades antiguas, basadas en el comunismo-primitivo (que describe Engels en su obra sobre la familia y el estado) no existía el excedente social, no había abundancia de bienes, y las economías estaban basadas en la subsistencia. Con la mejora de la producción social y la modernización de las relaciones de producción fue apareciendo este excedente, que permitió la apropiación del mismo y la aparición de otras formas de organización social (la esclavitud de unas sociedades por otras…etc.). De igual forma, el maquinismo industrial y la revolución mundial que supuso el vapor en la producción, cambió el modo manufacturero de la industria y desplazó al artesano y al profesional de la producción, proletarizándolo, a esta situación, también le acompañó un cambio socio-político. Con estos ejemplos vemos que el desarrollo de la base-infraestructura determina la superestructura.

Para finalizar nuestro pequeño resumen de lo que significa el materialismo histórico marxista, vamos a hablar del determinismo histórico. ¿Qué es lo que mueve la historia de la humanidad? Como hemos visto, la producción material y las relaciones de producción que van ligadas a esta determinan en última instancia la organización política-social. Sabiendo esto como lo sabemos, podemos decir que la conciencia social (las ideas de una sociedad) también irán determinadas por la existencia social (por la forma que tienen los individuos de vivir y relacionarse). Esta concepción materialista de la historia choca con el idealismo liberal de “ideas y hombres buenos o malos”, es decir, todos los cambios históricos tienen su fundamento, su explicación científica. Volvamos a recurrir a Engels para que nos lo explique:

“las causas últimas de todas las modificaciones sociales y las subversiones políticas no deben buscarse en la cabeza de los hombres, en su creciente comprensión de la verdad y de la justicia eterna, sino en las transformaciones de los modos de producción y de intercambio; no hay que buscarlos en la filosofía, sino en la economía de la época en que se trate”.

Vuelve Engels a insistir en el materialismo histórico para explicar las “modificaciones sociales y las subversiones políticas”, que no son otra cosa que la lucha de clases en la historia. Engels, sin embargo, vuelve a echar mano de la expresión “las causas últimas” para explicarse. ¿Por qué hace esto en esta ocasión? Algún liberal malintencionado podría pensar que lo hace para cubrir su retirada en caso de crítica, pero no es así, lo hace porque Engels (como Marx) no conciben el materialismo como algo cerrado, cierto e inmutable. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que los hombres están influenciados por las circunstancias materiales en las que viven, pero esto no les impide tomar sus propias decisiones y marcar su destino dentro de este margen de actuación que la infraestructura les deja. Esta forma de concebir el materialismo permite explicar el hecho que las convulsiones sociales hayan terminado de una forma o de otra en diferentes lugares y en diferentes épocas.

El marxismo no dice: “El modo de producción socialista es inevitable, debido a que las contradicciones del capitalismo lo harán caer por su propio peso”, sinó que dice que “El capitalismo inevitablemente caerá, ahora bien, o existe una clase y una dirección revolucionaria que nos conduzca al socialismo, o acabaremos en la barbarie”. El materialismo histórico anticipa la victoria del socialismo, pues explica que las condiciones para su desarrollo van a llegar, si no han llegado ya, pero no asegura su triunfo, ya que para ello, son los hombres los que han de dirigirse conscientemente hacia él. De ahí la frase de Rosa Luxemburgo: ¡Socialismo o Barbarie!

jueves, 30 de agosto de 2012

“El fin de la farsa”




No acostumbro a comentar artículos o blogs ajenos, nunca me ha parecido interesante, ni siquiera entretenido, pero esta ocasión merece una excepción. Y no la merece por que el artículo en cuestión tenga que ser señalado, o dado a conocer, sino por todo lo contrario, por su carácter clasista, hipócrita y abyecto. Con estos calificativos algunos ya sabréis que me refiero al adalid del “ácido úrico”, al campeón mundial de la retórica más reaccionaria y clasista, o sea, a Salvador Sostres. Este personajillo (ex colaborador de Crónicas Marcianas) conocido por frases como “son como lionesas de crema” o “el mundo menstrúa” ha escrito este pasado 26 de agosto un artículo en su blog: Guantánamo. Este artículo se titula “El fin de la farsa” y se dedica a insultar y a calumniar a los jóvenes y desempleados de larga duración. Así como suena, sin anestesia ni nada. Me pregunto ¿donde están los parados jóvenes y de larga duración de la zona habitada por este lamebotas de la burguesía? Y es que añoro aquella Europa donde escribir cosas como las que vamos a ver te podían causar algún que otro problema. Pero basta de ilusiones y vamos a analizar el artículo del docto señor Sostres. 

Empieza el sesudo análisis de la realidad:

“hemos creado esta insólita colección de pusilánimes y de vagos, que le llaman mala suerte a la falta de agallas y achacan a la crisis económica su crisis de honor y de dignidad.”

Por “colección de pusilánimes y vagos” se está refiriendo a todos los jóvenes que quieren trabajar y no pueden, lo que no deja de ser curioso venido de alguien que apenas hizo un año de periodismo y que ahora se dedica a escribir basura y echarla a una ventilador para esparcirla por todas partes. ¿Desconoce este señor tan iluminado y que tanto escribe en su blog que los jóvenes llevamos conviviendo con la explotación laboral desde antes de la crisis? ¿Es que a caso el 54% de desempleo juvenil se explica por la holgazanería de la juventud española?

Continuemos con nuestro ilustre amigo:

“Hay que pelear más duro, todo el mundo tiene que pelear más duro y es bueno que tantos apalancados se vayan encontrando entre la espada y la pared.”

Aquí no solo vuelve a insultar a los desempleados, sino que además, les desea más desempleo y precariedad aludiendo a que “es bueno que se vayan encontrando entre la espada y la pared”. Debe de ser que los jóvenes españoles no nos encontramos ya desde hace mucho entre la espada y la pared, debe de ser que estamos acostumbrados a trabajos con sueldos astronómicos, jornadas cortas, sin explotación ni horas extras no remuneradas, con prácticas y becas por todas partes y con ayudas para el estudio y la vivienda en abundancia. Es curioso cómo cree el ladrón que todos son de su condición. ¿Qué parte no entiendes tú, chimpancé, de que la culpa de que tu querido país tenga niveles de subdesarrollo propios del tercer mundo no es culpa de los que sufren ese subdesarrollo?

Volvamos al artículo:

“La mayoría de los jóvenes afectados, la mayoría hasta ahora holgazanes, no van a tener más remedio que hallar en su interior lo mejor de ellos mismos para explotarlo y rentabilizarlo, y convertirse así en ciudadanos de provecho en lugar de continuar siendo un lastre para la sociedad.”

A parte de volver a insultar a los trabajadores desde ese aire pestilente y maloliente que su asqueroso clasismo le proporciona, añade una cosa curiosa, que los jóvenes parados somos un “lastre para la sociedad”. Te vuelves a equivocar, príncipe del Gin-Tonic, el lastre para la sociedad sois vosotros. ¿Qué quienes sois vosotros? La jauría de periodistas que justificáis el expolio, los crímenes, el maltrato y la humillación de la clase trabajadora. El lastre para la sociedad es esa carroña de buitres y de hienas que no aportan más que su avaricia y su robo al país y a la clase que los mantiene. Sostres, tu formas parte de ese lastre, tu eres el lastre no solo económico, sino moral de la sociedad. Y un día, los trabajadores tendremos que soltar “lastres”.

Acabemos con esto cuanto antes: 

“Que cada cual se enfrente a su destino, lo asuma, y luche por cambiarlo si no le gusta. El resto es perder, rendirse, vivir sin vivir”

¡Erudición! ¡Qué fácil resulta dar lecciones de lo que es vivir desde la mesa del Bulli! ¡Qué fácil es juzgar a los pobres, a los explotados y a los trabajadores sin prestación desde el club de polo! ¿A qué destino te has enfrentado tu Sostres? ¿Cuál ha sido tu batalla? ¿A qué te has tenido que enfrentar?

Conclusión: El subdesarrollo mental de un personaje no es impedimento suficiente para que acabe a sueldo de El Mundo.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Sobre la posibilidad de una Huelga General en otoño





 “No hay riquezas que puedan reportar provecho a los capitalistas, si éstos no encuentran obreros dispuestos a trabajar con los instrumentos y los materiales de los capitalistas, y a producir nuevas riquezas. Cuando los obreros se enfrentan individualmente con los patronos, siguen siendo verdaderos esclavos, que trabajan siempre para un extraño por un pedazo de pan, como asalariados siempre sumisos y silenciosos. Pero cuando proclaman juntos sus reivindicaciones y se niegan a someterse a quien tiene la bolsa de oro, entonces dejan de ser esclavos, se convierten en hombres y comienzan a exigir que su trabajo no sólo sirva para enriquecer a un puñado de parásitos, sino que permita a los trabajadores vivir como seres humanos.”(Lenin)

En este párrafo que hemos reproducido Lenin describe a la perfección la disyuntiva que se produce en una Huelga General, que no es más que la revelación, la manifestación de la lucha de clases, es decir, el hecho de que los obreros son los que mueven la rueda de la historia, mientras que los capitalistas, viven de éstos. ¿Es necesaria la Huelga General para este próximo otoño? Bueno, teniendo en cuenta que las cosas se hacen para conseguir algo, podemos decir que la Huelga cumplirá dos objetivos: el primero es poner al gobierno de los monopolios ante la elección clara, o el pueblo, o la banca, el segundo, es aumentar el nivel de conciencia de clase y la fortaleza del movimiento obrero. Solo por lograr estas dos premisas, vale la pena la convocatoria, pero vamos a ir un poco más lejos.

-El actual gobierno de Rajoy, representante de la clase dominante, se presentó a las elecciones con un programa radicalmente distinto del que actualmente aplica. La excusa de esta farsa (cosas de la democracia burguesa) es que la “situación está peor de lo que ellos pensaban”, ya que el déficit acabó siendo del 8.9%. Es curioso que no supieran nada de antemano, sobretodo cuando la desviación del déficit (en 2/3 partes) provino de las CCAA, algunas gobernadas por ellos mismos (Madrid, Valencia…)

-La reforma laboral que le costó una Huelga General hace bien poco al gobierno, sigue vigente, y el número de ERE ha aumentado vertiginosamente. Entre Enero y Mayo de este año, los ERE han crecido un 66% y los no pactados un 567%. Está claro que la reforma destinada a “crear empleo” solo está suponiendo ajustes de plantilla más baratos y rápidos para la patronal, así como también una pérdida de derechos de los trabajadores.

-Los casos de corrupción se siguen multiplicando, las declaraciones provocadoras de la burguesía y sus lamebotas y caniches se aglutinan en la prensa. Declaraciones insultantes como las de Esperanza Aguirre diciendo que las prestaciones a los parados y las ayudas son “mamadurrias” no pueden quedar sin respuesta. A esto hay que sumar las calumnias a la lucha de los mineros y de los sindicalistas del SAT, que están siendo perseguidos con una diligencia inversamente proporcional con la que se persigue a los delincuentes de cuello blanco (la cúpula del Santander se repartió en 2011 unos 123 millones de €).

-El estado ha gastado en el rescate de Bankia 23.000 millones de €, en el AVE (obra que solo se explica por los beneficios de las grandes constructoras) 50.000 millones de €, en exenciones fiscales a la Iglesia y ayudas directas o indirectas unos 6.000 millones de €, el fraude fiscal de las grandes fortunas ascendió en 2010 a mas de 40.000 millones de euros, el BCE ha prestado a la banca española unos 300.000 millones de € en créditos muy favorables que han sido utilizados para apostar contra la deuda de los estados (con intereses de verdadera usura, cercanos al 7% en el bono a 10Y en algunos momentos de este verano), mas de 5.000 millones de € en autopistas de peaje innecesarias y en rescatar las concesionarias, las tropas en el extranjero suman 1.200 millones de euros además de la indemnización a la empresa Instalaza, de 34 millones, por no poder seguir vendiendo bombas de racimo. Si sumamos todo esto (y nos dejamos miles de crímenes económicos mas) nos dan unos 425.234 millones de €, o lo que es lo mismo: 184 veces el presupuesto en educación o 136 veces el de sanidad.

-Se está recortando en desempleo, haciendo que a partir del sexto mes de prestación, se pase a cobrar el 50% de la base, mientras que hasta ahora se cobraba un 60% (el gasto en desempleo es menor a los intereses de la deuda que los capitalistas engullen). Se está recortando en Sanidad, donde ya son muchas las denuncias por falta de medios, el cierre de plantas, las condiciones draconianas de los profesionales e incluso el copago o la negativa de atención médica a inmigrantes (en sanidad gastamos únicamente el 6% del PIB, por debajo de los países de nuestro entorno). La educación secundaria sufre un duro golpe, pero sobretodo la superior, puesto que la inversión en I+D cae brutalmente, condenando a nuestros científicos al exilio o a la precariedad, la universidad verá aumentar sus tasas un 66% y las becas disminuirán fuertemente (en educación destinamos solo el 5% del PIB). El IVA subirá el 1 de Septiembre hasta el 21% en el caso más elevado, esto lastrará el consumo familiar y al pequeño comercio (recordemos que venimos de una subida del IRPF para la clase obrera a principios de año). 

-La situación social es totalmente insostenible: 5 millones de desempleados, tasas de precariedad nunca vistas, emigración, 1/4 parte de la clase obrera viviendo en la miseria (11 millones de obreros), unos 500 deshaucios al dia, colas a las salidas de los supermercados para rebuscar en los contendores (solo el 20% de las superficies colaboran con entidades de caridad), niños que van a la escuela sin apenas haber comido y que deben de ser alimentados por los profesores, aumento de los suicidios y sobretodo, de las tentativas...etc.

A todo esto hemos de sumar el más que probable rescate total de la economía española, que servirá para garantizar el pago de la monstruosa deuda y de sus aberrantes vencimientos de intereses a costa del sufrimiento y el sometimiento de una clase obrera ya muy castigada. Es imprescindible, pues, clamar por una Huelga General, de masas, contundente y prolongada, y que sirva para hacer ver a los trabajadores que o ellos hacen valer sus intereses o nadie lo hará.

¡Por un otoño caliente!

¡Abajo la Troika y lo monopolios!