domingo, 17 de febrero de 2013

Pinceladas sobre la LOMCE



El pasado 3 de enero de 2013, los estudiantes de la UJCE en Aragón llevamos a cabo una jornada de formación.

La primera charla trató sobre el borrador de la nueva Ley Educativa, que si bien aun no se ha comenzado a tramitar, ya deja ver grandes retrocesos para la Educación Pública.

La LOMCE (Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa), es una ley surgida de una enorme falta de consenso dentro de la comunidad educativa: no se ha consultado ni con docentes, ni AMPAS, ni estudiantes. Supone, algo que bien conocemos los universitarios, la entrada de la financiación privada en la Escuela Pública, empezando a imponer sus criterios en la Educación de todos y todas.

Se trata de una ley segregadora en muchos aspectos. Desde Primaria se pretende orientar a los niños y niñas hacia unas vías educativas u otras. Al final de la Primaria se califica al alumno en nivel bajo, medio o alto. En función de esas calificaciones se harán también rankings de colegios, creando centros de primera y segunda categoría, forzando la competitividad entre ellos por unos recursos de la administración que debieran facilitarse a todos los centros educativos por igual. Además, la LOMCE vuelve a permitir la existencia de centros que segreguen por sexos, dando clase o solo a chicos o solo a chicas.

Otro aspecto importante que introduce esta ley es la reaparición de la reválida, tanto al finalizar la ESO, como al finalizar el Bachiller.

Por otro lado, el borrador de la ley contiene elementos con marcado sesgo ideológico, como la presencia de la asignatura de Religión, o también llama la atención en la programación de asignaturas, ya en 1º de ESO, una asignatura con el significativo nombre de “Iniciación a la actividad emprendedora y empresarial”.

Bajo la LOMCE asistimos a una nula democracia en los centros educativos. La intervención de los Consejos Escolares en los centros pasa a ser testimonial, teniendo el director un poder prácticamente absoluto en el centro, pero siempre bajo control del Consejero de turno: se rompe la autonomía en el centro. Así mismo, se recoge la posibilidad del director para elegir de entre la lista de interinos para cubrir una plaza vacante, saltando todo orden, y no solo eso, sino que se puede rechazar al que le toca entrar a trabajar a un centro. Se elimina de un plumazo el principio de igualdad y capacidad que debería regir todo sistema de acceso a un puesto de trabajo por oposición pública.

Por último, respecto a algunos temas que ahora son más mediáticos, como el de las lenguas cooficiales, apenas cambia la regulación. Pretenderán confundirnos a los estudiantes y trabajadores concienciados con cortinas de humo, sin entrar en los verdaderos ataques a una Educación Pública, Laica, y de Calidad. Ante ello,  los y las estudiantes vamos a estar a pie de aula y a pie de calle para dar la lucha.

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