Estos últimos días hemos visto en televisión las calles de algunos barrios de la periferia de Londres ardiendo literalmente, edificios destrozados y jóvenes arrasando contra algunas tiendas, y no solo eso, como de costumbre hemos leído y escuchado las posturas oficiales de los medios burgueses (ingleses y nacionales) y las declaraciones de los políticos británicos. La verdad es que todo es muy confuso y me interesa el tema, ante todo por ser Europa, la vieja Europa, un continente que está sufriendo la crisis capitalista con fiereza y por el momento, con paz social.
La prensa española repite una vez y otra que los incidentes han aparecido a causa de la muerte de un joven negro asesinado por la policía en una operación contra el tráfico de drogas, no obstante, parece difícil pensar que un caso (que no está aún nada claro) de este tipo pueda conducir a miles de jóvenes a actuar así. Lo que yo creo es que las condiciones objetivas se están haciendo patentes muy rápidamente en Inglaterra, sobretodo entre la población juvenil que tiene que aguantar altas tasas de desempleo (sobretodo los colectivos negros y caribeños) y es posible que cuando han visto la oportunidad de canalizar su rabia por un medio la hayan aprovechado. Si esto es así, la muerte del joven Duggan, que es como se llamaba, solo ha servido como excusa, como la calamidad que ya ha colmado el vaso de la opresión.
Así como los jóvenes franceses demostraron su ira hace unos años, los ingleses hacen lo propio, lo cierto es que no se nos han enseñado muchas imágenes de las manifestaciones, no he visto una sola pancarta, ni un grupo de más de 15 personas manifestándose, solo nos han enseñado desde helicópteros policiales a unos cuantos jóvenes asaltando comercios y robando televisiones de plasma. No puedo creer que unos cuantos jovencitos ingleses estén poniendo en jaque a toda la policía de Londres y hayan hecho movilizar a los agentes que estaban de vacaciones. Parece ser que hay gato encerrado: o nos enseñan solo las imágenes de los saqueadores y por lo tanto mienten, o son tremendamente estúpidos y atemorizados sus señores diputados burgueses. Yo me inclino por lo primero, es bueno mostrar dos tiendas siendo asaltadas y tildar el movimiento de “puro vandalismo” aunque la gente ya empieza a no creérselo todo. ¿Cómo explicar sino el tremendo despliegue policial?
Yo creo que esto es consecuencia de la política aplicada por el gobierno conservador-liberal de Cameron que ha triplicado el precio de la matrícula universitaria, y está recortando en derechos sociales sin ningún miramiento mientras regaló a los bancos 108.000 millones de euros. La juventud británica ve los crímenes de sus políticos, de sus banqueros, de su prensa (que se dedica a llamarles criminales mientras pone micrófonos a madres con hijas desaparecidas) y de más estamentos parásitos de la sociedad.
Los marxistas hemos de condenar el robo simple y puro, en mi opinión, sobretodo al pequeño comercio, que es el que está asentado en esos barrios y que forma parte de su tejido industrial, pero no basta con condenarlo, lo que nos diferencia de los hipócritas medios de masas es que nosotros analizamos el porqué de algunos de estos comportamientos y entendemos que son minoritarios entre la gente que en Inglaterra está peleando por un mundo más justo. Yo creo que los actos de robo o de saqueo que hoy se nos muestran como la “totalidad” de los objetivos de las manifestaciones son una minoría, y además una minoría muy minoría.
Los mercados que no hace ni un año nos asediaban con la necesidad de la reducción de los déficits públicos (creados por ellos), hoy nos exigen crecimiento económico, que es precisamente lo contrario que traen esas políticas que nos han obligado a tomar. Esta contradicción entre el temor a una recesión y una quiebra está ahogando a las clases trabajadoras que no ven de sus patronos ni de sus políticos ni una sola muestra de comprensión ni de apoyo. Los disturbios de Londres serán solo el principio del contraataque de la clase obrera europea si la siguen sometiendo de esta manera, por mucha munición que algunos descerebrados den a los medios burgueses no habrá propaganda capaz de acabar con el empuje del pueblo organizado.
Mejor que vuelvan todos de vacaciones pronto.
¡Solidaridad con los jóvenes ingleses explotados por el capital!
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