viernes, 16 de septiembre de 2011

LIBIA Y CHAVEZ

Hace ya unos meses que empezó la revolución libia, porque aunque sabemos que la guerra civil de ese país es eminentemente tribal, hay que llamar a las cosas por su nombre y por tanto es justo calificar el proceso de revolucionario. ¿Por qué es revolucionario? Porque nace de la espontaneidad de la gente, del pueblo obrero y campesino libio que se contagia de la ira de sus hermanos del norte de áfrica que quieren otro futuro para sus hijos. El comienzo de todas estas rebeliones árabes vino protagonizado por un encarecimiento del precio de los alimentos, que hizo que un joven obrero tunecino se quemase a lo bonzo en signo de protesta, dando lugar a la chispa de la revolución. Este encarecimiento del precio de los alimentos se perpetra en la “city” londinense y en la parís benefactora, que actualmente mandan a sus representantes empresariales a cobrarse los servicios prestados. Esta brevísima entrada no va dirigida a criticar a los perros imperialistas (entre ellos España) que han ido a ver lo que sacaban de Libia (como demuestra la pronta visita de los gemelos Sarkozy-Cameron) sino a algunos dirigentes de la “izquierda” que han tenido un discurso repugnante. Mi postura sobre esta revolución de los hermanos libios siempre ha sido clara:

¡Ni con Gadafi, ni con la intervención imperialista! ¡Con el pueblo libio!

No todos hemos mantenido esta postura, hay algunos dirigentes de la “izquierda”, o que así se denominan que han sido espectacularmente ambiguos con este tema. El mayor de todos, no solo en este tema, sino en muchos otros ha sido Hugo Chávez Frías que se negó a criticar a Gadafi en ningún momento. Quizá lo que le tendríamos que criticar a Chávez no es tanto que no lo condenara cuando alquilaba mercenarios para matar libios, sino que se hubiera aliado antes con él. Sin embargo el presidente de todos los venezolanos y venezolanas nos tiene muy acostumbrados a su discurso reformista y cobarde. Si a Gadafi lo llegó a comparar con Simón Bolívar, al asesino que vive en Irán le ha tratado como un marajá y le ha llamado “revolucionario”.

La izquierda o semizquierda europea, debido a su total incompetencia y cobardía ha decidido fijarse en Chávez como un renovador en América latina, a mi juicio, se equivoca totalmente. Su discurso torticero y populista y su alianza con líderes deleznables le restan credibilidad absolutamente bajo mi punto de vista entre las bases de la izquierda verdadera (tanto en Europa como en América latina).

jueves, 15 de septiembre de 2011

Marxismo-Leninismo.

Como ya dije en otro post, La UJCE en Aragón tuvimos el pasado mes de Abril una escuela de formación donde se expuso y se debatió sobre diversos temas, uno de ellos fue éste: el marxismo-leninismo.

MARXISMO LENINISMO

1. Marxismo


El marxismo surge como teoría en el siglo XIX en Europa porque se daban las condiciones necesarias para ello, surge dentro de un contexto social concreto: grandes cambios en el modo de producción (del sistema artesanal al capitalismo) que conllevaron otros cambios, tanto sociales (nacimiento de dos clases diferenciadas: clase obrera y clase burguesa) como políticos (revoluciones liberales) o ideológicos (los valores de la Revolución Francesa se convierten en hegemónicos).


Marx y Engels vivieron exclusivamente en el siglo XIX, Marx de joven entra en contacto en Berlín con el hegelianismo. Hegel (Stuttgart, 27 de agosto de 1770Berlín, 14 de noviembre de 1831) era un filósofo idealista (idealismo = las ideas son la esencia del mundo y a partir de ellas nace la materia) que dio una explicación a la evolución de las ideas: la DIALÉCTICA. La dialéctica hegeliana era revolucionaria en el sentido de que explicaba la evolución de la historia a través de la dialéctica. Hegel explicaba el mecanismo dialéctico mediante la “tríada dialéctica”:

-TESIS: Idea primitiva

-ANTÍTESIS: Idea nueva y contraria a la tesis

-SÍNTESIS: Idea que engloba aspectos de ambas y que las supera.

Según Marx “la dialéctica de Hegel está cabeza abajo”. Para él, el mecanismo de la dialéctica era bueno, pero tenía un halo místico: el idealismo. Marx coge la dialéctica utilizando el materialismo (materialismo = primero surge la materia y de ahí las ideas, materialismo≠ idealismo). Todavía siendo joven, Marx adquirió conciencia política y buscó transformar el mundo, para ello empezó un estudio de la historia a través del materialismo dialéctico; de dicho estudio sacó varias conclusiones:

- Materia = esencia

-Economía (modo de producción) =esencia de la historia, ya que a partir de el modo de producción nace el resto de características de la sociedad.

- La economía es la ESTRUCTURA y el resto de caracteres son la SUPERESTRUCTURA.

Las relaciones de producción están viciadas pues realmente son relaciones de dominación. En la sociedad los medios de producción los acaparan algunos y el resto sólo contribuye vendiendo su fuerza de trabajo. Los dominantes (la burguesía en el caso capitalista) condiciona la superestructura para mantener la estructura económica favorable a ellos).¿Cómo avanza la sociedad según el método dialéctico? Las dos clases sociales, explotadoras y explotadas, realizan el papel de tesis y antítesis; de su lucha la historia avanza y así podemos encontrar cinco estadios históricos:

COMUNISMO

PRIMITIVO

ESCLAVISMO

FEUDALISMO

CAPITALISMO

SOCIALISMO

(para llegar al comunismo)

En su etapa londinense (49 – muerte) Marx se dedica a hacer un estudio de la economía capitalista, puesto que es lo que determina la superestructura, de la cual estaba naciendo la construcción ideológica en su época. Los capitalistas de entonces argumentaban que el capitalismo era bueno pues creaba riqueza. Para Marx, el sistema capitalista era un sistema caracterizado por el intercambio de mercancías. Los objetos tienen un valor determinado para cada persona y para que se puedan intercambiar es necesario que exista un valor de cambio común para toda la sociedad. Los capitalistas defendían el sistema D – M – D: Dinero – Mercancía - Dinero2, es decir, comprar mercancías por una cantidad x la cual, tras unas transformaciones se vendía por el doble de lo invertido. Marx criticó este sistema porque olvidaba el factor trabajo y a los obreros, es la fuerza de trabajo la que imprime a la mercancía valor. Estos señores pagaban menos a los obreros que la riqueza adquirida por la mercancía a través de su trabajo: la plusvalía es robada por el empresario a la clase trabajadora, que es la que imprime valor al producto.

2. Leninismo


En los 50 años que pasan del marxismo al leninismo el referente lo constituían los marxistas alemanes, pertenecientes al partido socialdemócrata alemán, estos líderes tuvieron un papel hegemónico como Kautsky (1854 - 1938). Para estos autores el marxismo debía ser revisado, principalmente el tema de la transformación revolucionaria, eran partidarios de llegar al socialismo a través de reformas desde la democracia burguesa. Estos reformistas tuvieron en contra a marxistas revolucionarios como Rosa Luxemburgo, Karl Liebknecht o Clara Zetkin (que acabaron abandonando el partido y formando la liga espartaquista).

El leninismo nació como defensa del marxismo de este tipo de autores, y sus principales aportaciones se enmarcan dentro de la parte organizativa, aunque sí que Lenin hizo aportaciones ideológicas.

La principal aportación ideológica de Lenin fue el concepto de imperialismo. Lenin llegó a la conclusión de que el Capitalismo se había fortalecido tanto que los propios marcos que ellos mismos habían creado (fronteras de los países) se habían quedado pequeños y por ello nació el fenómeno de la colonización: colonizar para construir nuevos mercados para vender su sobreproducción y así evitar una crisis económica. Lenin llegó a la conclusión de que esto era insostenible y que desembocaría en crisis mundial y en un enfrentamiento de los países imperialistas, tal y como sucedió en la 1ª Guerra Mundial. En esta misma época Lenin planteó la teoría del eslabón más débil: las naciones imperialistas tienen un eslabón débil, el imperio zarista, pues era un país que no tenía una superestructura capitalista y por ello para Lenin el primer país en poder triunfar una revolución socialista era Rusia.


Las aportaciones organizativas del leninismo está encaminadas al éxito de una revolución. Lenin fue un estudioso de las revoluciones que se habían producido hasta entonces, principalmente de la revolución rusa de 1905. A través de este estudio llegó a la conclusión de que lo que ocurre cuando se da un proceso revolucionario es que un número importante de población pasa a la acción política. Vladimir plantea que en un proceso revolucionario existe un papel: el de VANGUARDIA, individuos de las propias masas llegan a ejercer el papel de vanguardia por diferentes razones son más carismáticos o bien saben plantear buenas cuestiones al Gobierno…etc. Si este papel es ejercido de forma correcta es clave para que el proceso revolucionario llegue a buen puerto. Para ello, Lenin plantea que los individuos que formen la vanguardia han de estar politizados (“estado mayor de la revolución”) y se han de coordinar en el Partido. El Partido ha de ser lo más eficaz en la lucha de clases y con este fin Lenin impone condiciones a los militantes del Partido: Centralismo Democrático y Militancia.

El Centralismo Democrático es el conjunto de principios que rigen la vida interna de la organización, consiste en:

- Información y decisiones que se toman van de abajo arriba y de arriba abajo.

- Elegibilidad de todos los cargos.

- Unidad de acción: democracia en lo interno, posición sin fisuras en lo exterior, consiste en la plasmación externa de la formación interna.

- Crítica y autocrítica.

- Dirección colectiva: la responsabilidad está colegiada, es decir, compartida por varios individuos.

- Obligación de contribuir a la sostenibilidad económica de la organización.

- Sometimiento a las decisiones de la organización, incluyendo la no posibilidad de existencia de facciones.


La Militancia consiste en que el militante ha de cumplir con las condiciones de la organización para ser vanguardia: ser componente de la clase obrera, pagar sus cuotas…etc. Este concepto supuso una ruptura con los mencheviques. Además la elaboración teórica que hagan los militantes dentro del Partido ha de ir acompañada de una praxis (Unión Praxis/Teoría), es decir, los debates ideológicos han de tener utilidad práctica en la calle (Partido ≠ club de Debate).

Del concepto de vanguardia de Lenin nace otra idea: el frente de masas; es el concepto de que hay que luchar en organizaciones de la clase obrera y si éstas no existen, crearlas. El frente de masas es totalmente necesario para que el de vanguardia no se pierda. Un frente de Masas es un foro de encuentro de los individuos que han dado el paso a la organización ante una movilización social, son las personas más conscientes políticamente (por ello se han movilizado). Es vital que un frente de masas tenga prolongación en el tiempo, pues aumentan exponencialmente la conciencia política de los trabajadores.

Lenin falleció en 1924, tras su muerte la concepción política de Lenin fue llamada Marxismo-Leninismo. El m-l fue hegemónico en los partidos comunistas pero con el eurocomunismo y la caída de la URSS entró en crisis. Hoy en día se está recuperando.

sábado, 10 de septiembre de 2011

La Cuestión Nacional

Aquí pretendo hablar sobre uno de los temas más controvertidos para un marxista, probablemente cada uno de nosotros tengamos una opinión sobre el, yo simplemente voy a expresar la mía propia y espero que almenos consiga hacer pensar a alguien. Para empezar vamos a definir el término nación, porque este es otro punto polémico, no podemos calificar como naciones modernas a los antiguos regímenes tribales o imperiales. Muchos historiadores burgueses, y muchos libros de texto dan por hecho que (por ejemplo) la nación española es algo que ha existido siempre, cuando no es así. Una vez leí una frase que me impactó bastante, y la cito de memoria “siempre nos han dicho que Trajano y Adriano eran emperadores españoles, puesto que habían nacido en Hispania, pero jamás se admitía que Abd-Derramán III fuese español, aunque también hubiera nacido en ese país”, esta frase demuestra que la tergiversación histórica es continua y está impregnada de ideología.

Para hablar de estado nación capitalista (que es del que hablo aquí) hay que irse a la época de la revolución francesa, pero podríamos irnos antes incluso, en la era del declive del feudalismo, para buscar el embrión del estado nación. La naciente pequeña burguesía europea estaba incómoda en el marco del feudalismo, cada región tenía su propia moneda, unidad de medida, ley y orden, esto dificultaba enormemente negociar y expandir el comercio por el continente. Los comerciantes y propietarios necesitaban un marco político unificado de cierto tamaño que les permitiera actuar con libertad, así surgió el estado nación moderno.

Los casos alemán y italiano son muy evidentes –aunque muy avanzados en la historia- ya que la unificación (después de las revoluciones de 1848) era deseada tanto por proletarios como por burgueses, la cuestión es quien la protagonizaría, acabó siendo Bismark. La unificación de su propia nación era vista por Marx y por Engels como algo positivo puesto que según ellos ayudaba a la unificación también del proletariado alemán:

"Este hecho simplifica la situación; facilita la revolución, dejará a un lado las reyertas entre los capitales insignificantes y en cualquier caso acelerará el desarrollo... El movimiento absorberá todos los estados minúsculos, cesarán las perniciosas influencias locales y los partidos serán no sólo locales sino nacionales... en mi opinión debemos aceptar el hecho, sin justificarlo, y utilizar tanto como sea posible las mayores facilidades para la organización y unificación nacional del proletariado alemán”

El tema de la cuestión nacional es muy antiguo, ya no solo las discusiones entre Lenin y Rosa Luxemburgo son las que nos tienen que ocupar, sino que también Karl Marx estudió el caso irlandés y el indio. Para empezar a tratar el tema quiero reproducir aquí un fragmento de los estatutos de la Primera Internacional de Trabajadores, que agrupaba al movimiento obrero mundial:

“Que la emancipación económica de la clase obrera es, por lo tanto, el gran fin al que todo movimiento político debe ser subordinado como medio;

Que todos los esfuerzos dirigidos a este gran fin han fracasado hasta ahora por falta de solidaridad entre los obreros de las diferentes ramas del trabajo en cada país y de una unión fraternal entre las clases obreras de los diversos países;

Que la emancipación del trabajo no es un problema nacional o local, sino un problema social que comprende a todos los países en los que existe la sociedad moderna y necesita para su solución el concurso teórico y práctico de los países más avanzados; "

Estos estatutos nos enseñan dos palabras que tienen que estar grabadas a fuego en la mente de un comunista: INTERNACIONALISMO PROLETARIO. Es decir, la subordinación de la causa nacional a la causa obrera y por lo tanto la búsqueda de la alianza mundial de los oprimidos para luchar contra los opresores. Aquí coincidimos todos los comunistas, todos nosotros decimos que somos internacionalistas, pero sigamos con el tema haber quien se distancia.

Vamos a ver cómo veía Lenin este tema, cuál era su opinión, para ello citaré fragmentos de sus obras (siento si hace pesado la lectura pero es necesario). El camarada Lenin explica en su obra “El derecho de las naciones a la autodeterminación” cuál ha de ser la actitud de los proletarios de la nación opresora y los de la nación oprimida.

“El proletariado no puede dejar de luchar contra el mantenimiento por la fuerza de las naciones oprimidas dentro de las fronteras de un Estado determinado, y eso equivale justamente a luchar por el derecho a la autodeterminación. Debe exigir la libertad de separación política de las colonias y naciones que "su" nación oprime. En caso contrario, el internacionalismo del proletariado sería vacío y de palabra; ni la confianza, ni la solidaridad de clase entre los obreros de la nación oprimida y la opresora serían posibles; quedaría sin desenmascarar la hipocresía de los defensores reformistas y kautskianos de la autodeterminación, quienes nada dicen de las naciones que "su propia" nación oprime y retiene por la fuerza en "su propio" Estado.”

En este fragmento Lenin lanza un ataque contra los socialistas que no reclamaban el derecho de la libre determinación de los pueblos que su propia nación apresaba, esto se podría extrapolar (por poner un ejemplo de su época) que un marxista ruso apoyase “de boquilla” la autodeterminación de los pueblos, excepto los pueblos que el Imperio Ruso oprimía. La solidaridad y la fraternidad de los obreros de la nación opresora y oprimida es imposible si los de la oprimida no ven a sus dominadores reclamar su libertad nacional, es decir, no existirá el internacionalismo proletario a menos que caiga el nacionalismo. Esto es algo fácil de entender por cualquiera, sin embargo no parecía tan fácil en la época del antiguo colonialismo militar, donde las mentalidades eran otras.

¿Lenin se queda aquí? No, también tiene palabras para la otra cara de la moneda, los obreros oprimidos nacionalmente:

“los socialistas de las naciones oprimidas deben defender y poner en práctica con especial ahínco la unidad completa e incondicional, incluyendo en ello la unidad organizativa, de los obreros de la nación oprimida con los de la nación opresora. Sin eso no es posible defender la política independiente del proletariado y su solidaridad de clase con el proletariado de otros países, en vista de todos los engaños, traiciones y fraudes de la burguesía. Pues la burguesía de las naciones oprimidas siempre trasforma las consignas de liberación nacional en engaño a los obreros: en la política interna utiliza estas consignas para los acuerdos reaccionarios con la burguesía de las naciones dominadoras […] en política exterior, trata de concertar negociaciones con una de las potencias imperialistas rivales, para realizar sus fines de rapiña”


Cuando pongo en negrita la mitad del párrafo no es por casualidad, sino porque quiero resaltar el genio de Lenin que era capaz de ver incluso en situaciones de opresión de unos sobre otros tan injustas como aquellos, resquicios de oportunismo burgués y pequeñoburgués. Aquí Lenin advierte a los socialistas y obreros de las naciones oprimidas del engaño burgués sobre la “liberación nacional”, les dice implícitamente que no han de renunciar al internacionalismo proletario a cambio de la liberación nacional, o sea, que han de priorizar la causa obrera a la nacional. Esto me recuerda a los estatutos de la AIT que he reproducido al principio, esto es porque Lenin era como los que los redactaron, un internacionalista proletario.

Además de advertir a los obreros oprimidos nacionalmente -que conste que están oprimidos también social y económicamente por su burguesía nacional- de forma general, les advierte en dos casos en particular, en la política interna y externa. En política interna habla de que la burguesía de la nación oprimida y la nación opresora siguen siendo burguesía, y por tanto el carácter revolucionario de la primera está sujeto a la dependencia económica de la segunda. Esto es peligroso para los obreros, pues la posición de su burguesía puede cambiar de un día para otro si por arte de magia les llueven contratos nuevos, o libertades comerciales mayores para sus negocios. Cuando habla Lenin del factor exterior se refiere bajo mi punto de vista a que la burguesía de la nación oprimida puede estar contactando con una burguesía opresora rival a la propia. Puede verse un ejemplo –salvando las descomunales distancias- en el caso de Kosovo, que negociaba su autodeterminación no con la nación opresora, sino con EEUU, como otra nación imperialista mayor.

La postura de los comunistas ante la cuestión nacional parece que se define en esta frase “libre derecho de autodeterminación de los pueblos”, es posible que así sea, pero como todo, esto tiene que ser clarificado un poco más. Memorizar esta frase y aplicarla a todos los casos, bajo mi punto de vista es erróneo, nos puede llevar a apoyar movimientos nacionales netamente reaccionarios y traicionar al proletariado y al internacionalismo. Lo que los marxistas apoyamos es el libre derecho de autodeterminación de los pueblos, es decir, “EL DERECHO”, la facultad que tiene cualquier comunidad de decidir su futuro en el marco nacional. El camarada Alan Woods hace un paralelismo con el caso del aborto y este tema:

“No defendemos el divorcio o el aborto, sino el derecho al divorcio o al aborto. Ocurre lo mismo con el derecho de autodeterminación. Hay una gran diferencia entre apoyar el derecho de autodeterminación y apoyar la autodeterminación como tal. Es la diferencia entre una política marxistas y el nacionalismo pequeño burgués”

Es decir que los marxistas hemos de apoyar que los pueblos puedan decidir, y una vez empezado el debate, estudiar el caso y ver si apoyamos ese derecho, posicionarnos a favor o en contra. En el mismo texto de Alan Woods encuentro una frase de Lenin al respecto:

"Por eso ‘para no conculcar el derecho a la autodeterminación’, no debemos ‘votar por la separación’, como supone el perspicaz señor Semkovski, sino votar por que se faculte a la región que desea para que ella misma decida esta cuestión". (Lenin. Problemas de política nacional e internacionalismo proletario. Pág. 8).

La cuestión nacional en España:

Ya que hemos presentado el tema habrá que hacer una pequeña referencia a la cuestión nacional en España, ya que todos los marxistas españoles tenemos divergencia de opinión, yo daré la mía, aunque sin mojarme. Yo apoyo el derecho que tiene cualquier pueblo del Estado Español a decidir sobre su independencia, se llame Cataluña, Euskal Herria, Galicia o la Rioja, ahora bien, una vez “abierto el debate” habrá que estudiar los casos concretos para calibrarlas posiciones que hemos de tener los marxistas. Yo creo que para decidirnos habría que considerar unas cuantas cosas y aquí es donde dejo de mojarme para que vosotros penséis en las respuestas:

¿Son realmente naciones oprimidas?

¿La separación fomentaría la unión entre los obreros -catalanes, gallegos o vascos- con los del resto del estado?

¿Quién asumiría el poder en la nueva nación?

¿Habría conflicto armado abierto?

¿Cómo respondería la clase obrera de la nueva nación?

Es posible que la misma orientación de mis preguntas ya dibuje mis posturas (con lo cual si me estoy mojando), aunque la lista de cuestiones es larga y cada cual habría que hacerse las suyas propias. Para terminar quiero dejar una frase de Marx y Engels, conocida por todos, pero que creo que es el mejor resumen de la postura de un marxista ante la cuestión nacional.

“¡Proletarios de todos los países, uníos!”

miércoles, 7 de septiembre de 2011

El Parlamentarismo y el estado burgués

A día de hoy, en pleno siglo XXI, seguimos oyendo a muchos políticos y supuestos dirigentes comunistas que se jactan de participar en “parlamentos democráticos”, de estar en el “estado de derecho”, o de haber superado la etapa fascista para haber consolidado la “democracia”. Desconozco los motivos que les llevan a traicionar el pensamiento marxista de esa manera, pero de verdad que me gustaría mucho que dejasen de vincular sus posturas pequeño-burguesas a organizaciones con apellidos comunistas. Especial mención reciben por mi parte los sindicatos que se han fusionado con la burocracia del estado en un solo cuerpo, dejando de lado algunos objetivos políticos que tenían en el pasado. Por todo esto es necesario volver a leer a los clásicos del marxismo, volver a sus obras clave donde encontraremos lo que fielmente ha dado forma al movimiento obrero internacional. Este artículo pretende enunciar las críticas básicas al parlamentarismo burgués (aceptado actualmente) que han hecho los grandes pensadores del movimiento marxista, darles forma y clarificarlas al máximo. Es posible que me deje algún aspecto importante a resaltar, si es así, agradecería que alguien contribuyera a completar mi escrito.

Para empezar voy a enunciar un pasaje de Leon Trotsky, de su obra “Balance y perspectivas” del año 1905:

“El estado no tiene un fin en sí mismo. Es simplemente un instrumento de trabajo en las manos de la fuerza social dominante. Como cualquier instrumento, tiene sus mecanismos motores, de transmisión y de ejecución. La fuerza motriz es el interés de clase, cuyo mecanismo consiste en la agitación, la prensa, la propaganda de la iglesia, de escuela, de partido, la manifestación callejera, la petición y la sublevación. El mecanismo de transmisión es la organización legislativa de los intereses de casta, dinastía, capa o clase, bajo el signo de la voluntad divina (absolutismo) o nacional (parlamentarismo). El mecanismo ejecutor finalmente es la Administración, con la policía, los tribunales, las cárceles y el ejército”

Esta es la postura de Leon Trotsky en 1905, la misma que Lenin expondría en su famosa obra “El estado y la revolución”, diciendo aquello de “el estado es una herramienta de represión de una clase sobre otra”. A parte de ser la visión de los principales dirigentes de la Revolución de Octubre, también es la postura de los dos padres del socialismo científico, aquí cito a Marx:

“En vez de decidir una vez cada tres o cada seis años qué miembros de la clase dominante han de representar y aplastar al pueblo en el parlamento, el sufragio universal debería de servir al pueblo, organizado en comunas, de igual manera que el sufragio universal sirve a los patronos para encontrar obreros, inspectores y contables”

En este párrafo escrito en 1871 se da por supuesto que el estado es una herramienta, ya que Marx lo concibe así al decir “que miembros de la clase dominante han de representar y aplastar”, lo que dice implícitamente es que estas clases dominantes se sirven de este estado para “representar y aplastar”. Esta es la idea básica del marxismo en cuanto al estado, el que es una herramienta para conseguir perpetuar la extracción de plusvalía, es decir, un medio y no un fin.

Sabiendo que esta ha de ser la postura de un marxista ante el estado ¿Cómo es posible que consintamos algunas afirmaciones de dirigentes llamados comunistas? ¿Engels o Lenin lo permitieron con los socialistas y los mencheviques? No, de hecho Lenin achaca el auge del anarquismo en su tiempo por la traición que a su juicio los dirigentes socialistas efectúan a la clase obrera al no adoptar estas posturas respecto al estado.

Ahora que hemos visto la opinión de los marxistas ante el tema del estado vamos a ver que es el parlamentarismo. Bajo mi punto de vista, el parlamentarismo es el reflejo legislativo de la dominación del estado por la clase dirigente, los burgueses han de dotarse de un mecanismo que les permita sostenerse en el poder bajo un velo de legalidad, de representatividad. El parlamentarismo cumple la función de pantalla de humo, pero lo cierto es que aunque la mona se vista de seda mona se queda, lo que esconde es la misma política de utilización del estado y su maquinaria para perpetuar el poder de la clase dirigente.

¿Qué hacemos los marxistas? ¿Qué tienen que hacer los revolucionarios con esta legislación burguesa del parlamentarismo? Pues algunos anarquistas dirían que destruirla, abolirla, pero nosotros no tenemos esa postura. Los comunistas no quieren destruir el método mismo de elegibilidad sino modificar su carácter clasista y teatral, como diría Lenin “transformar las instituciones representativas de lugares de charlatanería en corporaciones de trabajo”. Esto es brutalmente abstracto, así que veamos a lo que se refería el camarada Vladimir.

Actualmente los señores diputados que pueblan los distintos parlamentos burgueses (llámese congreso, parlamento, corte, senado…etc.) son personas aisladas de la realidad que no responden por sus decisiones (si es que son ellos los que las toman). Lo que realmente pasa en esos lugares es que cuando se reúnen (y no están en sus despachitos privados bien retribuidos) se dedican a aprobar resoluciones o leyes de las que no tienen que dar cuentas al pueblo. Evidentemente alguien dirá -¡Si que rinden cuentas! En las elecciones- esta ilusión es típica de un pensamiento pequeñoburgués pues olvida la concepción marxista del estado y el parlamentarismo. El estado lo puebla siempre una clase, que gobierna para sus propios intereses, las únicas elecciones que pueden cambiar las cosas son las que expulsen a esa clase del parlamento, no las que cambian de nombres los escaños.

¿Esta condición acaba con el arribismo, la gandulería, y la irresponsabilidad? ¿Una vez los proletarios hayan expulsado a los burgueses del parlamento ya está todo hecho? No, evidentemente que no. Las causas de que el parlamento se convierta en un dislate no son culpa de que los burgueses nazcan así, sino por las condiciones materiales que les hacen ser así, es decir, si no cambiamos las reglas de elegibilidad y representatividad y las vigilamos continuamente bajo la mas disciplinada visión revolucionaria, el estado caerá víctima de otra clase dirigente, la burocracia.

¿Cómo podemos combatir esto? Esto se puede combatir muy decisivamente estudiando las experiencias obreras y las revoluciones de la historia, encontraremos información en la gloriosa Comunne, dice Engels:

“Contra esta transformación del estado y de los órganos del estado de servidores de la sociedad en señores situados por encima de la sociedad, transformación inevitable en todos los estados anteriores, empleó la Comuna dos remedios infalibles. En primer lugar, cubrió todos los cargos administrativos, judiciales y de enseñanza por elección, mediante sufragio universal, concediendo a los electores el derecho a revocar en todo momento a los elegidos. En segundo lugar, todos los funcionarios, altos y bajos, sólo estaban retribuidos como los demás obreros. El sueldo máximo abonado en la comuna no excedía de 6000 francos. Con este sistema se ponía una barrera eficaz al arribismo y la caza de cargos, y esto aun sin contar los mandatos imperativos que introdujo la Comuna para los diputados a los organismos representativos”

Chocan estas posturas con las actuales condiciones “laborales” de los parlamentarios burgueses (sueldazos, dietas, jubilaciones millonarias, enchufes empresariales, corruptelas, listas cerradas, patrimonios privados…etc.)

Como conclusión quiero resaltar la importancia de estas medidas concretas de la Comuna parisina (ahogada en sangre por los privilegiados) a la hora de acabar con la burocracia, y quiero animar a todo el mundo a que las defienda con fuerza y que no permita contra ellas acusaciones de utopismo por parte de aquellos que justifican los crímenes del parlamentarismo.

martes, 6 de septiembre de 2011

Acerca de Pravda.es

La web Pravda.es nace de la unión de tres blogs:

Este proyecto tiene como objetivo crear un punto de encuentro, debate y ampliación de conocimientos para los comunistas en la red.

Nuestro proyecto es modesto por el momento, ya tendremos tiempo de fijarnos objetivos ambiciosos más adelante.

Os invitamos a entrar en Pravda, a comentar y dar vuestra opinión, que es lo importante.Si entráis en Pravda.es seguro que veréis posts que ya han aparecido por aquí; pero nosotros somos sólo una tercera parte de la página, así que encontrareis entradas nuevas y muy interesantes...¡un lujazo!

¡ Nos vemos en Pravda!!


PD: la creación de Pravda no significa la desaparición de este blog ni mucho menos, seguiremos con nuestro trabajo aquí